Día 7, 12:55 AM.
Sede de GoodLife Mountain View,
San Francisco, California.
—Quieto —dijo Jimmy—, ya es suficiente por ahora. El hombre se acercó sin dejar de apuntar a David. El joven se quejaba de la mano, pero permaneció delante de la mujer hincándole su mirada de odio.
—¿Nunca has estado tentado a hacer algo malo por un bien mayor? Si no es así, no eres humano —dijo Jimmy. —Lo único que deseo en este momento es rodear con mis manos tu cuello y asfixiarte —dijo David. —Todo se complicó por el estúpido de Mathieu. Llegué a un acuerdo con Alicia a través de la fundación, de esa manera evitaba que Irina se enterara, además nos desgravaría impuestos —bromeó. —¿Lo hiciste a mis espaldas? —preguntó Irina. —No hice nada ilegal, simplemente acordamos que si se producía un desastre, nuestra empresa apoyaría a la suya. —Pero ¿eso justifica tantas muertes? —dijo David. —Sí, pensé que no haría falta matar a nadie más, pero tú te involucraste, arrastraste a Susan y pediste ayuda a ese tipo detestable… —A Larsson. —Sí, vuestro fallo fue que viniste con Susan aquí, Irina la convenció para que se refugiara en una de la casas de GoodLife, ya os tenía donde quería, tuve que matarla también, pero tú volviste a escapar —dijo Jimmy. —Entonces secuestraste a Carmen —dijo David. —Sí, pero de nuevo te escabulliste con ese viejo editor. —Y ahora… —dijo David. —Muy sencillo, un loco entra en la sede de GoodLife, un asesino. Mata a mis pobres socias y uno de nuestros hombres le abate —dijo Alicia. —Eres una maldita bastardo —dijo Irina apretando un botón. Las puertas se abrieron y un grupo de inspectores entró corriendo en el despacho.