Día 6, 8:00 PM.
Sede de GoodLife Mountain View,
San Francisco, California.
Alicia e Irina estaban en el gimnasio. A aquellas horas normalmente ya había regresado a casa, pero aquel día era especial. Tenían una cita a las doce de la noche para impedir que un nuevo escándalo salpicara a la compañía. Era algo que nunca esperaron cuando crearon GoodLife, pensaban que su trabajo consistía en inventar nuevos servicios y venderlos, pero un gran número de estafadores, envidiosos y locos, siempre intentaban manchar la imagen de la compañía.
Mientras las dos corrían en la cinta no necesitaron decirse nada, se conocían tan bien, que muchas veces sobraban las palabras. Después se sentaron agotadas en uno de los bancos.
—¿Por qué tenemos que verle tan tarde? — preguntó Alicia enfadada. —Estas cosas no se hacen a plena luz del día —dijo Irina. —¿Cuánto será esta vez? —preguntó Alicia. —No lo sé, cada persona tiene un precio —dijo Irina. —Pero ¿realmente pude hacernos daño? —preguntó Alicia. —Al parecer le robó algunos archivos a Susan, algo del tema relacionado con el Jimmy Watson Institute —dijo Irina. —Todo lo que firmamos con Jimmy era legal. —Claro, pero nos perjudicaría que la gente creyera que queremos saber su ADN para poder manipularles, parece algo muy mezquino para GoodLife —dijo Irina.
—Sobre todo si el lema de tu empresa es «se pueden hacer negocios sin hacer el mal» —dijo Alicia. —Además nos acusa de estar detrás de la muerte de Susan y su prometido —dijo Irina. —Eso es absurdo, ¿por qué íbamos a hacer una cosa así? —dijo Alicia. —Lo importante es que él lo cree. —¿No será peligroso? La policía le busca como sospechoso de asesinato —dijo Alicia. —No te preocupes, se lo pondremos a la policía en bandeja —dijo Irina. —Eso espero. —¿Quieres tomar algo? —preguntó Irina. —Sí, pero antes una ducha. Las dos mujeres se dirigieron a los vestuarios. Alicia pensó en lo que les había costado levantar GoodLife y se preguntó si el esfuerzo había merecido la pena. Después el relajante contacto con el agua le devolvió la calma.