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Día 6, 02:50 PM.

Simmonds Rd,

Mill Valley, California.

Comenzaba a tener mucha sed, pero ese era el menor de sus problemas. Su cabeza no dejaba de dar vueltas, ¿cómo estaría Carmen? Se secó las lágrimas ennegrecidas por el sudor de la cara y continuó caminando.

Le costaba hacerse a la idea. Apenas unas horas antes se había enterado que iba a ser padre y ahora no sabía si volvería a verla. Esperaba que Frank hubiera dado esquinazo a sus perseguidores y llevado a Carmen a un lugar seguro. Todos estaban en peligro y era culpa suya. No tenía que haberlos involucrado, pero ahora estaba más resuelto que nunca a llegar hasta el final. Ya no se conformaba con desbaratar los planes de GoodLife, no pararía hasta matar a sus dos fundadoras.

A lo lejos divisó Sausalito, en las últimas horas había evitado los senderos más concurridos, seguramente los asesinos de GoodLife le perseguían, pero ahora era inevitable que entrara en la ciudad y cogiera algún autobús para San Francisco.

Su iPad parpadeó y David se sentó sobre una roca. Tenía un mensaje. Lo abrió, era de GoodLife.

—A las 22:30 en la oficina central, tiene acceso libre. El escueto mensaje preocupó a David, parecía demasiado fácil, pero ya no tenía nada que perder.

Caminó por la ciudad hasta la estación de autobuses y tomó el primero que salía para San Francisco. Regresaría a casa y después se prepararía para morir, pensó mientras el autobús cruzaba el puente. Su vida se había destruido en menos de una semana, ahora ya no le quedaba nada por lo que seguir adelante. El paisaje de la bahía se reflejó ante sus ojos con toda su belleza, todo permanecía igual a pesar de su sufrimiento, el mundo seguiría adelante cuando él desapareciera.