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Día 5, 9:35 PM.

Sede de James Editors 424,

Pacific Ave, San Francisco.

Era la misma voz que unas horas antes comenzó a hablar al otro lado de la línea. Sin duda aquella voz grave pertenecía a un hombre corpulento y duro.

—Tiene que venir a Fort Point, a los pies del Golden Gate. —¿A qué hora? —A las 11 de la noche. Traiga toda la información, venga solo y no se le ocurra llamar a la policía. ¿Entendido? —Sí, ¿estarán las fundadoras de GoodLife? —preguntó David. —Yo soy el que hago las preguntas, si quiere ver a su novia con vida más vale que sea puntual y no cometa ninguna locura. El hombre colgó el teléfono y David miró a Frank.

—Bueno, ya sabemos el lugar, afortunadamente está cerca, lo que nos da tiempo para plantear una estrategia. —¿No sería mejor darles la información y salir corriendo? —No seas ingenuo, David. Esa gente os quiere muertos, no tendréis la más mínima oportunidad —dijo Frank. —Es cierto. —Creo que podemos hacerlo, de lo contrario no te animaría a intentarlo. Aprendí un par de trucos cuando serví en el ejército en Alemania —comentó Frank contento, como si los últimos acontecimientos le hubieran sacado de su postura cínica. De nuevo tenía algo por lo que luchar y aquello le llenaba de vida. —Salvaremos a Carmen y les daremos una lección a esos cabrones. ¿Cuántas veces David ha vencido a Goliat? —dijo el joven más animado. —Por lo menos una que yo sepa —contestó el editor. Frank sonrió y poniéndose en pie comentó:

—Tenemos que hacer unas compras antes de acudir a la cita.