Día 5, 12:30 AM.
Merced Lake,
San Francisco, California.
Hacía fresco en esa zona tan próxima al océano y a los pies del lago. David encendió la chimenea y Susan preparó algo para cenar. Parecían una pareja de recién casados pasando su luna de miel. David se lavó las manos y se asomó por la cocina.
—¿Necesitas ayuda? — preguntó a Susan. —No, ya está listo. Llevó dos platos a la mesa del salón y comenzaron a devorar la cena. Estaban agotados y hambrientos.
—Mañana podremos descansar —dijo David mientras masticaba. —Eso espero —dijo Susan haciendo una mueca. —Al menos nos ha servido para conocernos mejor —dijo David. Susan se sonrojó y bebió un poco de Coca Cola Light.
—¿Cuándo vamos a ver lo que has sacado de GoodLife? —Más tarde, ahora es mejor que nos relajemos un poco —dijo Susan. Se había cambiado la ropa, duchado y lavado los dientes, todo un lujo en las últimas veinticuatro horas.
—Siento haberte metido en todo este lío —dijo David. Susan sintió un nudo en el estómago. Después sonrió e intentó cambiar de tema.
—¿Has hablado con Carmen? —Desde esta mañana, no. Tengo miedo de que nos localicen.
La mujer sacó un móvil del bolsillo y se lo entregó a David.
—Este móvil es de mi amiga y no creo que te localicen en él. —Es demasiado tarde e imagino que estará dormida —dijo David. —Es cierto, con todo este lío no sé ni qué hora es. Susan retiró los platos y se dirigió a la cocina. David la observó con atención. Ya no podía negarse a sí mismo que estaba enamorándose de ella. Era algo mayor que él y no se parecía en nada a las chicas con las que había salido en el instituto y la universidad, pero el amor tenía esas características, era imprevisible e irracional.
—Será mejor que nos durmamos —dijo Susan bostezando. David se puso en pie se acercó hasta ella y la beso. La mujer se quedó paralizada, pero no le rechazó ni dijo nada. Él la abrazó, pero justo cuando comenzaba a quitarle la ropa ella le rechazó con las manos.
—No, ¿te olvidas que mi prometido murió hace unos días? No puedo, David. Me siento confusa. Lo lamento. El hombre se apartó y sin decir una palabra se dirigió al sofá. Susan apagó las luces y estuvo en el cuarto de baño un rato, después se hizo el silencio.