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Nave de Descenso Zarevo, destino Shiloh

Liga de Mundos Libres

27 de abril de 3056

—¿Si me atrevo, Peter, si me atrevo? —gritó Kai. Su furioso tono de voz sorprendió a Peter mientras Kai se esforzaba por controlar las emociones que se apoderaban de él—. Mi única opción es detenerte.

—Palabras y más palabras, Allard —dijo Peter con una cruel sonrisa en los labios—. Una acción vale más que mil palabras.

Peter bajó los puños y Kai pensó por un momento que podría derribar al hombre de un puñetazo en las sienes. Sin embargo, y a pesar de que tenía los músculos tensos y los nervios crispados, Kai refrenó el impulso. No basta con que lo derroten. Tiene que entender por qué no puede ganar.

—Entonces mira tus acciones y dime lo que ves.

—Lo que veo es que soy el verdadero heredero de Hanse Davion, el destino de un Steiner-Davion para volver a forjar una Liga Estelar y unir todas las Casas bajo un mismo dirigente —dijo Peter con los ojos iluminados por una luz fanática—. Victor lo destrozará todo. Dejará que la Mancomunidad Federada se desmorone, despedazada por amenazas como la de los Asaltantes de Harloc, y sus confederados lo ayudarán y lo inducirán a su traición.

Peter se acercó y disparó su puño con fuerza en dirección a la cabeza de Kai. Éste se agachó hacia la izquierda para esquivar el golpe e, impulsado por un acto reflejo, levantó una mano para detener el puño de Peter. Aunque Kai no logró parar el golpe hasta el último segundo, la palma de su mano impactó contra los labios de Peter, clavándole los dientes.

—Lo siento, Peter —dijo Kai echándose hacia atrás para separarse de él mientras Larry Acuff retiraba una silla que había en su camino. Peter, sorprendido, se llevó un dedo a los labios y se dio cuenta de que le salía sangre.

—Más traición. ¿Victor te ha enviado para que me mates?

—¡No, maldita sea! ¡Victor no sabe que estoy aquí!

—¡Mentira! —gritó Peter en un tono de dolor mientras se abalanzaba sobre Kai con los puños en alto. El aluvión de puñetazos dejó a Kai fuera de combate mientras Peter le impedía el bloqueo arremetiendo con todas sus fuerzas. Peter levantaba una y otra vez los brazos y golpeaba con tanta rapidez como le permitían los puños, hasta que la furia maníaca del asalto derribó a su contrincante y lo obligó a retirarse.

Peter debió de darse cuenta de que estaba arrollando a Kai y detuvo el ritmo de los golpes al advertir su abrumadora victoria y recuperar el control de su cuerpo. Al hacerlo, Kai volvió en sí. Los golpes, cada vez más lentos, le dieron vía libre para arremeter contra Peter dándole un puñetazo en el pecho. Peter soltó un gemido de dolor y cayó derrumbado al suelo, totalmente abrumado.

Kai se estremeció, presa de la furia y el miedo. Se agachó, agarró a Peter por el cinturón de su traje de salto y lo levantó, obligando al hombre a arquear la espalda y a recuperar el aliento. Peter empezó a recuperarse, pero no intentó proseguir con la lucha.

—Escúchame, Peter. Entiendo lo que estás pensando. Sé la presión que sientes. Tienes a la Milicia Libre de Skye detrás de ti, del mismo modo que yo fui perseguido por la Confederación Capelense y los Clanes. Has heredado una gran responsabilidad y tradición, igual que yo. Los dos queremos hacer muchas cosas, alcanzar gloriosos objetivos, pero estamos atados de pies y manos. Tu hermano te envió a Solaris y mi tío —explicó Kai tragando saliva para deshacer el nudo que tenía en la garganta— tiene a mi hijo como rehén, de lo contrario no estaría aquí intentando evitar que desencadenes una guerra.

Los ojos de Peter se iluminaron levemente y su cuerpo se relajó. El horror se reflejó en su rostro y cerró los ojos mientras sacudía la cabeza.

Kai soltó el cinturón de Peter y se incorporó.

—Coronel Khorsakov, mi familia agradece la dedicación y la lealtad al linaje Liao —dijo Kai seleccionando las palabras cuidadosamente. Aunque intentaba no herir el ego del viejo mercenario, no veía razón alguna para no dirigir contra él la furia que todavía hervía en sus venas—. Su servicio es inestimable y ninguna otra unidad habría llegado hasta aquí ni habría estado tan cerca de cumplir esta misión.

—Es muy amable, señor.

—Cierto, y tal vez desee que me mantenga así de amable de ahora en adelante —dijo Kai antes de hacer una pausa para remarcar la intención de sus palabras—. Es hora de que se vaya, coronel. Envíe la Zarevo de vuelta a la Remagen y regrese a Solaris.

—Debe entender, señor, que ya no estoy a sus órdenes.

La insolente mirada de desafío del hombre estuvo a punto de conducir a Kai a otra pelea, pero finalmente optó por un medio menos físico de aplacarlo.

—Mi tío Tormano lo embaucó con falsas pretensiones. Es insolvente, pero para evitar el bochorno de un escándalo lo indemnizaré y cumpliré los requisitos monetarios de su contrato —dijo Kai cruzándose de brazos lentamente—. Es decir, si se va ahora mismo.

—Pero tenemos una misión que cumplir.

—Coronel, no existe tal misión. No tiene patrocinador ni sanción por esta acción. Puede escoger entre un vaso lleno o uno vacío, y no sabe lo vacío que está. Si abro la boca, la Mancomunidad Federada no volverá a contratar sus servicios, igual que la Comunidad de Saint Ivés. Y, si hablo con la dama Omi Kurita, que ahora se hospeda en mi casa, en fin, los Cosacos no serían los primeros de la lista si el Condominio decide alguna vez volver a utilizar mercenarios. Nunca trabajará para Sun-Tzu y, a menos que no se haya dado cuenta, ha invadido la Liga de Mundos Libres —dijo Kai sacudiendo la cabeza con resignación—. Supongo que podría encontrar trabajo en la Periferia.

—¡Señor!

—Considérese afortunado, coronel, porque ha evitado una guerra que habría mezclado su sangre con la de millones de personas. Reserve su odio para los soldados de mi primo. Ya tendrá tiempo de saciar la sed con su sangre. ¿Me ha entendido?

—Sí, señor —dijo en un tono tenso que revelaba su dolor. Kai, que ya esperaba aquella reacción, se sorprendió de repente de haber manipulado a Nikolai Khorsakov con tanta facilidad—. ¿Y el duque Peter, señor?

—Vendrá conmigo a la Taizai. Usted puede devolver su equipaje a Solaris. Adiós, coronel. Disfrute de su retiro —dijo Kai agarrando a Peter del hombro mientras Larry Acuff se acercaba a él para ayudarlo—. Lo tengo, Larry. Ve a la lanzadera y di a Wilson que se prepare para despegar. Nos vamos a casa.

—Entendido, jefe.

Solos en la escalera de cámara, Kai dejó a Peter apoyado contra la pared para que recuperase el equilibrio.

—No podía permitir de ningún modo que desencadenases una guerra, Peter.

—Pero tu hijo… No sabía que tuvieras un hijo. Estás arriesgando su vida —dijo Peter bajando la cabeza al tiempo que bajaba también el tono de voz.

Kai sostuvo la barbilla de Peter y le levantó la cabeza.

—Actuar contra tus intereses, actuar de la manera que debes y no como quieres, es lo que deben hacer los líderes como tu hermano. Dejar de lado la ambición y la satisfacción personal en beneficio de lo que es justo y bueno, sin expediente, no es fácil, pero hay que hacerlo si no quieres que los demás te utilicen para conseguir sus objetivos.

—Como he hecho yo —reconoció Peter en un tono de horror y angustia—. Tienes razón, soy un peón. Los peones siempre se utilizan y son expulsados del tablero.

Peter intentó apartarse de Kai, pero el hombre no lo soltó.

—No tires la toalla, Peter, no te rindas ante la desesperación. Los peones que ganan batallas, que aguantan hasta el final sobre el tablero, acaban siendo muy poderosos. Tú lo quieres todo ahora y eso se debe a tu juventud y tu inexperiencia. Tienes tiempo y la impaciencia no es más que una energía que debes utilizar para alcanzar objetivos que harán de ti un hombre mejor.

Kai lo soltó y lo condujo a la plataforma de lanzaderas.

—Tus esperanzas y tus sueños te han hecho definirte contra tu hermano. Peter Steiner-Davion tiene que ser él mismo, no el anti Victor ni la reencarnación de Hanse Davion. Puedes ser tú.

—¿Y esto me lo dice el hombre que siguió los pasos de su padre y consiguió los mismos honores que él? —replicó sin mucho entusiasmo, pero con un atisbo de humor que hizo olvidar a Kai su intención de reproche—. ¿Has descubierto quién es Kai Allard-Liao?

—El descubrimiento de uno mismo es un viaje, Peter, no un objetivo. En el momento en que descubres quién eres, te equivocas, porque ese descubrimiento te ha cambiado. Lo único que puedes hacer es seguir el camino que te permite ser sincero contigo mismo.

Peter asintió y frunció el entrecejo.

—Palabras sabias de un hombre cuya única ambición es ser campeón de Solaris. El hecho de que hayas venido aquí a detenerme revela otras habilidades y un destino más prometedor. ¿Estás seguro de que ese camino te permite ser sincero contigo mismo? Tienes razón, no puedo ser la antítesis de mi hermano ni la reencarnación de mi padre. Pero ¿qué hay de ti?

Kai sintió un escalofrío por todo su cuerpo.

—Ésa es una pregunta que nunca me he atrevido a plantearme. En Cenotafio le tengo un gran honor, pero sólo imitando una ínfima parte de su vida.

—¿Lo que significa?

—No sé lo que significa —dijo Kai con una carcajada que disipó sus tensiones—, pero creo que veo pequeños destellos de una respuesta al analizar la pregunta. Si te apetece, Peter Davion, tal vez podamos continuar esta conversación en la Taizai y llegar a Solaris con los pies sobré los verdaderos caminos.