21
Ciudad de Solaris, Solaris VII
Marca de Tamarind, Mancomunidad Federada
9 de abril de 3056
Galen Cox volvió a colocar las manos sobre las palancas de mando de su nuevo Crusader. Se sentía muy cómodo en la máquina, disfrutando de la sensación que le causaba el traje refrigerante y el ligero casco. De hecho, sólo había una cosa que le molestaba: el olor de la cabina. Aquélla era la primera vez que conducía un ’Mech que olía a nuevo.
No durará mucho, pensó al ver las enormes puertas abrirse frente a él y sentir un sudor nervioso que empezaba a impregnar su piel. La primera impresión de las oscuras cavernas de Ishiyama le recordaron Trellwan y el primer combate contra los Clanes. El y el príncipe Victor habían participado en un combate a disparos con guerreros del Clan de los Halcones de Jade a través de una serie de cuevas conectadas entre sí. Entonces no sabían contra quién o contra qué luchaban y Galen estaba convencido de que había sido la suerte la que les había permitido escapar.
Sacó el Crusader del ascensor y vio el Penetrator de Kai a su izquierda. Galen encendió la radio.
—Aquí Dos. ¿Sabes dónde estamos?
—Afirmativo. Estamos a medio clic de la Gran Galería. Toma aquel túnel a la derecha.
—Entendido, As —contestó Galen. Se dio cuenta de que conocía la Gran Galería más por haber visto vídeos holográficos de lucha en Ishiyama que por todo el entrenamiento que había hecho con Kai. En el centro de la Montaña Pedregosa había una enorme grieta que partía la cuenca baja por la mitad. Un estrecho saliente en el lado norte la comunicaba con una serie de túneles. Aquellas aberturas conducían a su vez a un amasijo de cuevas y rampas que daban acceso a los diversos niveles de la zona.
En el lado sur había un largo saliente con pilares que parecían estar formados de estalactitas y estalagmitas unidas entre sí y que otorgaban al pasaje el aspecto de la boca desdentada de un risueño monstruo. Galen imaginaba que el túnel abierto tenía cierta relación con un antiguo mito japonés o con una leyenda del Condominio.
El Crusader se adentró en el túnel en dirección norte y subió una pequeña cuesta que conducía a la Gran Galería. Kai suponía que los operadores kuritanos de Ishiyama pondrían a los dos equipos relativamente juntos. A diferencia del público de la Mancomunidad Federada, a la gente del Condominio le gustaban los tiroteos rápidos y violentos. Desde que su mercado hacía hincapié en la naturaleza heroica de la batalla y en la perfección técnica, las secuencias de caza y persecución que creaban suspense en otros mercados no conseguían sino aburrir a la audiencia del Condominio.
Durante los simulacros previos, Galen y Kai habían practicado la batalla rápida y mortal. Mientras el Crusader alcanzaba un nivel desde donde se divisaba la Gran Galería al este, Galen levantó un brazo del ’Mech y dio a Kai la señal ManFed estándar para ralentizar el avance.
—Lo poco que puedo ver de las cavernas del otro lado está despejado. No se registra calor.
—Entendido, Dos. Estoy preparado para cubrirte —dijo Kai al tiempo que aterrizaba sigilosamente y se acercaba a la abertura del pasaje sur—. Enfilada o frontal, ¿tú qué crees?
Galen sacudió la cabeza mientras manejaba uno de los mandos del ordenador. El visualizador holográfico en infrarrojo mostraba los colores proporcionados por los escáneres, correspondientes a una bajada del nivel calorífico: los violeta eran los más fríos, y los blancos los más calientes. Al encender un programa, el escáner mostró unas gradaciones más precisas, pero el visualizador apenas varió.
—No tengo indicios de cambios de temperatura que sugieran que están por ahí. Enfilada —contestó Galen volviendo al programa inicial—. Cuando quieras.
—Cubriré el agujero del medio. Adelante.
Según una estrategia que habían practicado durante las simulaciones, Galen avanzó a toda velocidad con su Crusader de diez metros de altura por el pasaje sur. Los sensores del traje permitieron a Galen guiarse por su propio sentido del equilibrio para regular los estabilizadores giroscópicos que mantenían el ’Mech en pie. Aunque no era tan ágil ni tan rápido de reflejos como un hombre, el Crusader se movía con un ímpetu que habría sorprendido a cualquiera excepto al piloto y a los ingenieros que lo habían diseñado.
Al salir de la cubierta y apresurarse hacia el saliente, Galen vio movimiento al otro lado de la Gran Galería. Era el Stalker de Edenhoffer, que se acercaba por la abertura del túnel más céntrico de la zona. Las protecciones de las lanzaderas MLA cuadradas instaladas sobre los anchos hombros del ’Mech se abrieron y el fuego inflamó los depósitos de misiles.
Una gran cantidad de misiles salieron disparados hacia el veloz Crusader, pero ni siquiera la mitad alcanzó el objetivo. Galen notó la sacudida en la cabeza del Crusader tras el impacto del sistema antimisiles. La pistola instalada en la frente del ’Mech soltó una llama con la intención de detener los misiles. La llama recogió uno de los MLA mientras que otros dos chocaban contra un pilar incluso antes de que los siete últimos llegasen a su objetivo.
Los misiles aporrearon el brazo izquierdo del Crusader. Mientras las explosiones lanzaban por los aires las placas de la armadura, el monitor auxiliar informó de que el factor protector de las extremidades había descendido un veinte por ciento. Otros dos misiles alcanzaron la pata derecha del ’Mech y desprendieron un diez por ciento de su armadura, sin que el daño recibido preocupase demasiado a Galen. Resistiendo la tentación de contraatacar, mantuvo el ’Mech en equilibrio pese al impacto recibido por la detonación de los misiles.
Dos abrasadoras líneas blancas unieron la representación iconográfica del Penetrator de Kai con el Stalker de Edenhoffer. El primer láser largo abrió una brecha en la armadura de la parte frontal del torso del ’Mech. El segundo trazó un corte diagonal en la pintoresca armadura de la pata derecha del Stalker. Galen sabía que el daño que había recibido la máquina de Edenhoffer era superior al suyo, un daño que ni siquiera la ventaja inicial de Edenhoffer conseguía igualar.
A lo lejos, casi al mismo nivel desde donde Kai disparaba a Edenhoffer, Galen divisó al mastodóntico Goliath. Él ’Mech con rayas de tigre y cuatro patas salió torpemente del túnel donde se había resguardado. Al volverse para observar la grieta, la torreta se giró para poder comprobar la dirección de Galen.
Va en busca de un disparo largo y preciso y esperará hasta alcanzar mi débil armadura trasera. Galen sacudió la cabeza. Predecible. Cuando los Clanes se volvieron predecibles, nosotros los derrotamos siendo impredecibles. Como ahora.
Inclinándose ligeramente hacia la derecha, Galen levantó los brazos del Crusader y, mientras aminoraba la velocidad, se propulsó con fuerza desde la pared del pasaje. El pie derecho del ’Mech se apoyó con fuerza en el suelo, dejando miles de destellos tras de sí. Galen se giró y se inclinó hacia la izquierda al tiempo que conseguía que el torso del Crusader imitase el movimiento. El piloto pisó los pedales de propulsión de salto a fondo, encendiendo los propulsores de la espalda del Crusader y sacando al ’Mech de los pedregosos dientes del interior de la grieta.
La rápida propulsión obligó al BattleMech de sesenta y cinco toneladas a sumergirse en la grieta, que le proporcionó refugio y le impidió ser visto desde el saliente del lado norte. El Stalker, que había dado media vuelta para tener a Kai a tiro, desapareció del visualizador holográfico de Galen. Una sección prominente de la grieta eclipsó al Goliath, eliminando momentáneamente la amenaza que éste suponía para el Crusader.
Por encima de él vio los rápidos destellos de la luz del láser y el fuego intenso de un lanzamiento de misiles que anunciaba un nuevo enfrentamiento entre el Stalker y el Penetrator de Kai.
—As, ¿cómo vamos?
—Dos, he destruido todos sus misiles y el láser ha alcanzado mi brazo izquierdo. Yo le he dado en el pecho y el brazo derecho. Sigo operativo, pero él todavía me tiene a tiro.
—Problema suyo —dijo Galen activando los propulsores de salto para continuar la ofensiva. Una ola de calor se apoderó de la cabina, pero el traje refrigerante lo amortiguó rápidamente. Galen centró el retículo del punto de mira de los mandos de armamento en medio de su visualizador táctico y dejó que los propulsores de salto levantasen el ’Mech para colocarlos sobre el Stalker.
El Crusader aterrizó sobre el estrecho saliente que había en el lado este del escondite. Galen mantuvo el retículo sobre el cuerpo cilíndrico mientras doblaba las rodillas del Crusader, para amortiguar el aterrizaje, y activó ambos depósitos de MLA y láseres medios instalados en los brazos del ’Mech. Eliminaremos un poco más de esa horrible pintura.
Uno de los láseres pasó por debajo del ’Mech enemigo, pero los otros desprendieron una parte de la armadura de la parte superior del hombro derecho del Stalker. Los misiles saltaron de las lanzaderas instaladas en el antebrazo y trazaron un arco hacia el Stalker como si fueran cometas avanzando hacia el sol. Las explosiones rodearon al ’Mech y lo bañaron con fuego. Los pedazos de armadura desencadenaron una tormenta de fuego y dejaron al descubierto la pata izquierda, el flanco y el pecho del ’Mech.
Dos saetas de luz láser se clavaron en el Stalker desde la posición de Kai al otro lado de la Gran Galería y la armadura se fundió y se desprendió del lado derecho del BattleMech. El Stalker contraatacó a Kai, pero los misiles se desviaron hacia el interior de la grieta y explotaron al tocar fondo. El láser largo hizo un enorme agujero en el lado derecho del pecho del Penetrator y cuatro misiles de un segundo lanzamiento estallaron en el centro de éste.
A pesar del contraataque, el Stalker había recibido grandes daños. Galen no vio indicio alguno de brecha en la armadura, pero era obvio que el ’Mech estaba destrozado. Los asaltos de misiles y rayos eran lo bastante potentes para descoordinar los giros y Edenhoffer no podría equilibrar el ’Mech ni aunque pagara con su vida. Dicho sea en su honor, parecía saber que la caída era inevitable y consiguió maniobrar el ’Mech para que cayera de espaldas en la cueva que le había proporcionado refugio.
Al salir del campo de batalla, Galen pudo contemplar la torpe avanzada del Goliath a lo largo del estrecho saliente en dirección a él. La boca de la pistola de la torreta desprendió un destello azul eléctrico mientras el rifle de Gauss expulsaba un proyectil plateado. Los depósitos de misiles de largo alcance instalados a ambos lados del ’Mech se inflamaron y Galen se encontró a nivel cero para el ataque.
El disparo del rifle de Gauss se clavó en el hombro derecho del Crusader y la fuerza del impacto propulsó al ’Mech hacia atrás. La armadura de ferrocerámica se estrelló en el suelo como el cristal y el monitor auxiliar informó que había perdido el setenta y cinco por ciento de la protección del brazo. ¡Un golpe más y ya lo tenemos!
Los misiles que lo avasallaban se enfrentaron a una tormenta de fuego antimisiles. Una tercera parte de éstos murió en el camino mientras los restantes agujereaban el lado derecho del pecho y la pata izquierda del Crusader. En comparación con el daño infligido por el rifle de Gauss, lo que ellos hicieron era insignificante y totalmente soportable. Aparte de la vulnerabilidad de su brazo derecho, el Crusader podía capear todo lo que el Goliath le lanzase y seguir avanzando.
Mientras éste se preparaba para el asalto, Galen preparaba sus disparos y contraatacaba, con la esperanza de hacer honor a su armamento. Ambos láseres dieron en el blanco. Uno se clavó en medio del pecho del Goliath y el otro alcanzó la parte inferior del torso y la pata trasera derecha. Los misiles se apoderaron del corpulento ’Mech, desprendiendo la armadura de la pata trasera derecha y el pecho y despedazando la de la torreta y la pata delantera derecha.
Al sur de la grieta, el Penetrator salió propulsado hacia arriba. Los láseres largos de cada brazo se desprendieron en dirección al perezoso Goliath, pero sólo uno alcanzó su objetivo, abriendo una herida en la prístina armadura a rayas naranjas y negras del flanco derecho del ’Mech. El Goliath se tambaleó por un momento, pero Vandergriff consiguió mantenerlo en pie y avanzar hacia el Crusader.
Galen no se sintió intimidado por la confrontación pese a la enorme diferencia de peso entre los dos ’Mechs. Una vez más disparó los misiles y los láseres mientras Vandergriff conducía su ’Mech directo al fuego de Galen. Los MLA arrancaron gran parte de la armadura tanto de las patas delanteras como de la pata trasera izquierda del Goliath. Los láseres medios gemelos impactaron en la armadura del pecho y la pata delantera del ’Mech, pero ni éstos ni los misiles consiguieron detenerlo.
La respuesta del Goliath al ataque de Galen sacudió al Crusader. La esfera plateada del rifle de Gauss se filtró en el brazo izquierdo del Crusader y destrozó el resto de la armadura que, al caer al suelo, dejó el brazo al descubierto, mostrando las fibras de miomero como si se tratase del brazo de un hombre al que alguien hubiese arrancado la carne. Los MLA que Vandergriff lanzó al Crusader no llegaron a tocar la extremidad desprotegida. Los que sobrevivieron al contraataque del sistema de antimisiles explotaron en el pecho y la pata izquierda del Crusader, destrozando así las placas de armadura.
El Penetrator se posó sobre el saliente con la delicadeza de un mosquito que desciende hacia la carne descubierta. Las patas del ’Mech redujeron el impacto del aterrizaje y, mientras el ’Mech se incorporaba, el trío de láseres de pulso del pecho izquierdo esparcieron dardos rubíes por la parte trasera del Goliath. Una tercera parte de ellos se desvió del objetivo, pero el resto arrancó humeantes tiras de la espalda del Goliath.
La torreta del Goliath se giró para cubrir el arco trasero, lo que contribuyó en gran medida a la confusión que se apoderó del campo de batalla cuando el Stalker apareció de nuevo. Mirando hacia atrás, a Galen le pareció que era tan absurdo para Edenhoffer quedarse en una caverna demasiado estrecha para girar y retraerse como lo era para el Goliath posicionarse de forma similar en el estrecho saliente. Los dos compañeros de agencia, egoístas y orgullosos, luchaban individualmente y no en equipo, lo que los perjudicaba seriamente.
El Stalker emergió de la boca de la caverna justo a tiempo para colocarse entre el Crusader y una de las dos descargas de fuego MLA que Vandergriff había lanzado a Galen. Los MLA del Goliath explotaron en el pecho y la pata derecha del Stalker, desprendiendo una parte de la armadura. Sólo uno de los misiles que se mantuvieron sobre el objetivo alcanzó la defensa antimisiles de Galen y mordisqueó la armadura del pecho del Crusader sin llegar a causar grandes daños.
El mismo movimiento que colocó al Stalker entre el Crusader y el Goliath propulsó al ’Mech cilíndrico sobre el retículo de Galen. Pulsó los botones del dedo pulgar de la palanca de mando y lanzó dos misiles al Stalker. Luego apretó con fuerza los gatillos y arremetió contra él con sus láseres medios. Los rayos impactaron desde la pata izquierda del Stalker hasta el hombro izquierdo y arrancaron la armadura de ambas extremidades.
Los lanzamientos de misiles no recibieron respuesta del sistema antimisiles, por lo que se dirigieron tranquilamente hacia el Stalker. Detonaron contra la cabina del ’Mech y trazaron un arco que acabó impactando en el lado derecho del cuerpo del Stalker. Las explosiones resultantes desvencijaron
lo que quedaba de la armadura del flanco derecho y engulleron las estructuras internas que sujetaban el ’Mech.
¡No está muerto pero sí gravemente herido! Galen se mantuvo a la espera mientras los dos láseres medios de babor se dirigían hacia él y le enviaban rayos de luz escarlata. Los láseres desgarraron la placa de la armadura del pecho y la pata derecha, pero no consiguieron penetrar en el interior del ’Mech. Me dispararán al menos una vez más.
Más allá del Stalker, Vandergriff apretaba el gatillo de su rifle de Gauss. La bala plateada arañó la pata derecha del Penetrator, pero el pequeño ’Mech apenas se dio cuenta pese a que se desprendió más de la mitad de la armadura de aquella extremidad. El impacto hizo girar al Penetrator, pero Kai volvió a dar la vuelta al torso y abrió fuego contra los dos ’Mechs de los Tigres de Skye.
Los láseres de pulso del lado derecho lanzaron líneas intermitentes de fuego láser contra la espalda del Goliath. Los datos procedentes del ’Mech de Kai aparecieron en un monitor secundario y mostraron un agujero en la espalda del Goliath y daño interno. El ordenador indicaba daños mayores en el flanco derecho del ’Mech cuadrúpedo.
Dos de los tres láseres enviados contra el Stalker alcanzaron su objetivo. Uno desgarró la armadura del centro del pecho del ’Mech y el otro trazó una línea de agujeros llameantes en la pata derecha. Milagrosamente, Edenhoffer consiguió mantener el ’Mech en equilibrio pese al daño infligido por los luchadores de Cenotafio.
El extravagante Stalker giró sobre la pata izquierda y avanzó por el saliente en dirección al Crusader. El firme movimiento de Edenhoffer protegió al Goliath del fuego de Galen y viceversa, al tiempo que dejó a Galen en una posición perfecta para una lucha cuerpo a cuerpo con un ’Mech que lo superaba en peso y armamento de corto alcance. No tengo elección.
Galen pisó los pedales de propulsión de salto a fondo. Los propulsores de la parte trasera del torso de su ’Mech se inflamaron y lanzaron la máquina de guerra humanoide hacia arriba y en dirección al Stalker. Edenhoffer disparó con los MLA y los láseres largos, pero ninguno de ellos alcanzó al ’Mech volador.
Hundido por la inercia en su sofá de mando, Galen descartó la idea de contraatacar a Edenhoffer y se concentró para aterrizar en una zona que debía de tener un alto nivel calorífico. No sé si esto es una de las cosas absurdas que Katrina me pidió que no hiciera, pero a menos que Kai haga algo rápido, podría ser un acto suicida.
Por debajo de él, el Goliath volvió a disparar hacia su arco trasero con el rifle de Gauss. El proyectil de argento se clavó en el lado derecho del pecho del Penetrator y esparció la armadura en fragmentos de cristal desvencijado. Él Penetrator se tambaleó durante un segundo y empezó a expulsar trozos de placa de la armadura rota. Moviéndose hacia adelante, los láseres de pulso del Penetrator dispararon sin tregua al enorme BattleMech.
Las agujas energéticas se clavaron en el interior del corazón del Goliath. Galen vio cómo se estremecía el gigantesco ’Mech y se mecía hacia la izquierda. Su hombro izquierdo impactó contra el lado norte de la pared de la grieta haciendo que el ’Mech rebotara hacia la derecha con las patas y diera a Galen todas las indicaciones clásicas de fallo giroscópico total. El ’Mech chocó contra el saliente, rebotó y estuvo a punto de caer antes de que el borde del pedregoso saliente se desmoronase debajo de él.
Galen aterrizó con la espalda contra la pared mientras perdía al Goliath de vista. A su izquierda, el Stalker de Edenhoffer se levantó e inició un rápido salto hacia la derecha para aproximarse y enfrentarse al ’Mech por la espalda. Su esfuerzo, fruto de la desesperación, era lo único que un ’Mech sin propulsores de salto podía hacer en aquella situación, y sin embargo mostró su dañado flanco derecho a Galen y a Kai.
Galen le lanzó tranquilamente una serie de MLA y disparó el láser medio instalado en el brazo izquierdo del ’Mech. Si hubiese decidido girar y encararse al Stalker habría podido disponer de todas sus armas, pero aquello lo habría situado en la línea de fuego de Kai y no tenía ningunas ganas de que eso sucediera. ¡Aquí tienes, Edenhoffer, toma ésta!
Los misiles de Galen dieron justo en el blanco. Cinco de ellos se colaron por el agujero que los otros habían abierto previamente en el flanco derecho y detonaron en el pecho del Stalker. Una segunda explosión y un rastro de humo negro marcaron la destrucción de un depósito de lanzamiento de misiles y del láser largo del ’Mech. Los otros misiles acabaron con la armadura del brazo y la pata derecha. El láser coció la armadura de la pata izquierda sin alcanzar el torso.
Kai sólo podía utilizar el armamento del lado derecho del Penetrator sin poner en peligro el Crusader de Galen. Galen sonrió al ver cómo el Penetrator extendía el brazo derecho hacia adelante y disparaba el rayo láser largo. La deslumbrante saeta de luz vaporizó lo que quedaba de armadura del ancho hombro derecho del Stalker y fundió las estructuras internas de apoyo. Uno de los láseres de pulso más pequeños propulsó su energía hacia el mismo agujero, dejando tras de sí un rastro de piezas de metal a medio fundir que cayeron por la abertura.
Sólo uno de los otros dos láseres de pulso dio en el blanco, pero éste consiguió escarbar en el ruinoso flanco derecho del ’Mech. La herida apareció de color blanco en el escáner IR, indicando a Galen que la protección del motor de fusión había sido dañada. Tendrá que soportar el calor mientras dure. El MechWarrior sacudió la cabeza. Que no será mucho tiempo.
La maniobra de Edenhoffer ejerció gran presión sobre los apoyos estructurales que quedaban en el lado derecho del Stalker. Gritando como un alma en pena, el metal se fundió cuando el ’Mech intentó completar el giro y colocar la pata derecha en el saliente. El impacto se apoderó del Stalker de la cadera a los hombros y luego desapareció. El pie izquierdo perdió la tracción sobre el saliente, resbaló y salió volando por los aires. El cuerpo del Stalker se estrelló con tanta fuerza en el suelo que Galen sintió el temblor en su cabina antes de que aquél empezara a deslizarse lentamente hacia el abismo.
Habría podido caer, pero, al apoyar la pata derecha sobre la parte superior del torso con forma de barril, el aumento de peso consiguió detener al desvencijado ’Mech. El Stalker se mantuvo allí, inmóvil, mientras una cortina de humo emergía del agujero del lado derecho, como un animal demasiado cansado y herido para pensar siquiera en escapar.
Galen mantuvo el retículo sobre el ’Mech derrotado mientras hablaba por el micrófono.
—¿Qué crees, As?
—Creo que hemos ganado, Dos —contestó Kai riendo a carcajadas—. Y dudo que alguien te vuelva a molestar durante tu estancia en este lugar.