47

Estoy flotando, y me siento ligera como el aire y me cuelo entre las cortinas como la neblina. Me siento separada de mi cuerpo, en cierta forma, y mientras estoy flotando, noto que me invaden los susurros, luego se alejan, como bancos de peces diminutos.

«¿Está consciente?»

«Chisss, no la despertéis.»

«¿Cuánto tiempo pasará hasta que…?»

«Diez miligramos más…»

La sensación de que floto se intercala con largos períodos en los que tengo la impresión de encontrarme en un mundo totalmente distinto. Es como si estuviera soñando, pero no, porque el mundo parece muy real, no tiene nada de esa lógica surrealista que siempre rige los sueños. En un momento dado, estoy sentada en un pequeño refugio que parece construido con estanterías, iluminado por pequeñas lámparas fluorescentes en forma de globo que emiten una luz parpadeante y tenue, con sábanas echadas por encima para proporcionar privacidad. Hay un chico conmigo, un chico con el pelo negro enredado, tumbado sobre una manta extendida en el suelo. Tiene los ojos cerrados, la boca ligeramente abierta y la mejilla apoyada en una mano. Pienso en tumbarme a su lado y apartarle el pelo de la cara, pero no quiero despertarlo. Mientras lo miro, siento un cúmulo de emociones aflorando en mi interior: ternura, tristeza, anhelo y culpabilidad. Intento recordar qué le habré hecho para sentirme así, pero, antes de poder enterarme, la estantería del refugio y el chico desparecen, y todo se queda a oscuras durante un breve instante.

En cuando vuelvo a emerger, la neblina parece iluminarse, los susurros se oyen más altos. Las formas, indefinidas y borrosas, se mueren a mi alrededor y por encima de mí. Quiero hablar, para decirles que los veo, pero mi cuerpo no responde, no se me mueve la boca.

«Aunque está recuperando fuerza.»

«Se aprecian signos vitales.»

«Todavía quedan unos días.»

Flotación. Nada. Flotación. Nada.

«¿Crees que lo conseguirá?»

«Todavía es muy pronto para saberlo.»

Flotación.

Vuelvo a soñar con el chico. Me habla. Me dice que su padre está muerto, y que es todo culpa mía.

«Prueba con esto. Si no funciona, ya no nos quedan más ideas.»

Nada.