Esto es una obra de ficción. Todos los personajes son pura fantasía o, lo que es lo mismo, las personas que habitan en esta novela son fruto de mi imaginación y carecen de equivalente en la vida real. Cualquiera que conozca la ciudad de Santa María y aledaños no sólo identificará el escenario de este libro, sino que, además, se dará cuenta de las muchas libertades que me he tomado con la geografía. No existe ninguna residencia abandonada de dos plantas y estilo Tudor en el centro de este paisaje llano y agrícola. Los pueblos de Serena Station, Cromwell, Barker, Freeman, Tullis, Arnaud y Silas son una invención. Algunas de las carreteras sí existen, pero como recientemente me he autodesignado presidenta en funciones y único miembro de la Agencia de Planificación del Transporte Regional del Condado de Santa Teresa, he cambiado la ubicación, el trazado y el nombre de dichas carreteras conforme a las necesidades del relato. Tengan la amabilidad de no escribirme notas para decirme que me he equivocado, porque no es así.