¿Qué ve, Jerónimo, tu ojo atónito?

¿Qué la palidez de tu rostro?

¿Ves ante ti a los monstruos y fantasmas del infierno?

Dríase que pasaste los lindes y entraste en las moradas del Tártaro,

pues también pintó tu mano cuanto existe en lo más profundo del averno

Inscripción real en el único retrato de Hyeronimus van Acken

Grabado de Lapsonius, 1572