[1] Me voy.<<
[2] —Sabemos que el bocado de tierra no vale tanto como el pleito. Y más desde que no se trabaja. Pero era cuestión de honra. No dejarse pisar. Ahora vamos por la aldea con la cabeza erguida. Cada uno a lo suyo y sin meterse en lo de los demás.
—Tiene que perdonar, pero al principio no teníamos mucha confianza en usted. Como ellos trajeron un abogado famoso. Se dice que tiene de mano a todos los jueces. En fin, que pensamos que íbamos a perder. Las leyes no están hechas para los pobres.
—Pero cuando usted empezó el juicio, lo puso todo tan claro. Donde hay razón no valen latines. Parecía una María Pita contra esos estirados.<<
[3] ¿Está loco, sargento? ¿En mi hotel?<<
[4] ¡Mala rabia os coma! ¡Yo que voy a conocer!<<
[5] ¡Pero qué rumanas ni qué rumanas! Esta chica es de aquí. El padre es cliente vuestro de toda la vida y la madre poco menos.<<