Capítulo XXXVI

Tras un receso, se pasó a las intervenciones de los miembros de la Guardia Civil que habían llevado a cabo la investigación. El sargento Marcos fue el primero en responder a las preguntas.

MINISTERIO FISCAL: ¿Qué les llevó a pensar que podría tratarse de algo más que una desaparición?

MRCOS : El conjunto de circunstancias que rodeaban la ausencia. Para empezar, si se tratase de una huida, lo lógico es que sólo hubiese faltado Pablo Dios. Todo indicaba que no disponían de medios para que toda la familia pudiese empezar una nueva vida en otro lugar. Por otro lado, la actitud de los padres de Pablo y Carmen parecía mostrar que no sabían nada, y lo normal es que alguno de sus hijos les hubiese comentado algo. Es cruel hacer creer a unos padres ya de muy avanzada edad que has muerto… Lo de las joyas fue un poco de intuición, pero es una forma de seguir el rastro de una persona. Y no disponíamos de otro, ni movimientos en sus cuentas, ni actividad en sus teléfonos, era como si hubiesen dejado de existir… En Madrid encontramos armas de fuego con los números de serie borrados, armas blancas escondidas en un doble fondo y empaquetadas para poder desplazarse con ellas, dinero en efectivo, y lo más significativo, constituían un grupo que se esforzaba por pasar lo más desapercibido posible. Todo ello nos llevó pensar que se trataba de personas preparadas para cometer actos delictivos sin dejar rastro. No nos parecieron simples delincuentes… Sólo pretendíamos que el señor Caamaño aclarase su relación con los fallecidos. Aunque la grabación parecía referirse de forma clara a él, podría tratarse de una simple coincidencia. Hay seis personas que tienen el mismo nombre en la comunidad autónoma, pero la aparición de ADN suyo en un reloj nos ratificó la relación. Su reacción nos pareció sospechosa, claramente intentaba ocultar algo, por eso decidimos su detención y puesta a disposición judicial… Teníamos que encontrar al usuario del teléfono sospechoso. Primero constatamos que la menor no era quien lo utilizaba. La seguimos varios días y aunque siempre llevaba varios teléfonos encima, el que buscábamos no… Probamos a hacer una llamada, y nos respondió una persona mayor que afirmó llamarse Alfeirán. Al detener a Constantino Rodríguez tenía el teléfono en su poder… Las anotaciones aparecieron en su despacho, estaban escondidas debajo de unos libros en un cajón…

ABOGADO DEL ACUSADO: Ustedes ya conocían a la persona que supuestamente había empeñado las joyas. ¿No es así?

MRCOS : No, señor. No conocíamos de nada a la persona que nos identificó las joyas.

ABOGADO DEL ACUSADO: ¿Se trataba de una persona con antecedentes?

MRCOS : Sí, señor.

ABOGADO DEL ACUSADO: ¿Es una persona pendiente de renovar el permiso de residencia?

MRCOS : Lo desconozco, señor.

ABOGADO DEL ACUSADO: Se trata de una persona que por colaborar con ustedes tendrá más fácil renovar el permiso, ¿no es así?

MRCOS : Desconozco si tenía algún problema para ello. Hasta donde tengo conocimiento, tenía trabajo y domicilio fijo. Y sus antecedentes eran antiguos, no creo que tuviese problemas.

ABOGADO DEL ACUSADO: ¿Entraron ustedes disparando en el piso de mi cliente?

MRCOS : No, señor. No entramos efectuando disparos. Esperamos a que uno de los ocupantes de la vivienda saliese para no tener que derribar la puerta y así sorprenderlos desprevenidos.

ABOGADO DEL ACUSADO: ¿Estuvieron ustedes buscando algo en el piso antes de que llegase la comisión judicial?

MRCOS : No, señor, nos limitamos a asegurar el recinto y detener a los objetivos. Nunca se inicia ningún registro sin comisión judicial.

ABOGADO DEL ACUSADO: Pero la comisión no estaba cuando ustedes entraron.

MRCOS : Cierto, señor. Mientras no se consideró seguro el recinto no entraron. Pero estaban aguardando en el portal. Tardaron apenas unos minutos en subir.

ABOGADO DEL ACUSADO: ¿Hubo tiempo suficiente para que ustedes pudieran ocultar armas en el piso?

MRCOS : Claro que sí, señor. Pero no lo hicimos. Además, la comisión judicial hubiera visto cómo traíamos las armas. Recuerde que vinieron con nosotros al edificio.

ABOGADA DE CONSTANTINO: El teléfono que ustedes afirman que pertenece a mi cliente, en realidad, ¿a nombre de quién está?

MRCOS : Está dado de alta y registrado a nombre de una menor.

ABOGADA DE CONSTANTINO: Ustedes detuvieron a esa menor unos días antes de detener a mi cliente. ¿Por qué no le preguntaron por el teléfono?

MRCOS : Sabíamos que no lo tenía con ella. Como ya he dicho, la habíamos vigilado y no sonaba el teléfono al llamar. Entre sus efectos no se encontró. Los indicios eran claros: no era la usuaria. Además, ya lo he declarado antes, efectuamos una llamada y contestó un varón. Así que sospechamos que si le preguntábamos por el teléfono avisaría a quien lo estuviera utilizando y perderíamos la posibilidad de descubrirlo.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿Tienen ustedes grabada la conversación que dicen mantuvieron con un varón que afirmaba ser Alfeirán?

MRCOS : No, señora.

ABOGADA DE CONSTANTINO: Ustedes incautaron el teléfono a la menor el día que la detuvieron, ¿no es así?

MRCOS : No, señora. La menor no tenía el teléfono entre sus pertenencias al registrarla.

ABOGADA DE CONSTANTINO: Ella no dice lo mismo y lo demostraremos. Ustedes incautaron unas cajas con efectos, dinero y otras cosas, y se registraron como de mi cliente. ¿No es cierto que esas cajas no estaban en la casa?

MRCOS : Dos agentes que vigilaban la casa vieron cómo la esposa y la hija del acusado sacaban esas cajas de la vivienda.

ABOGADA DE CONSTANTINO: Eso dicen ustedes, pero cuando llegó la comisión judicial, ¿las cajas dónde estaban?

MRCOS : Sobre el maletero de un vehículo.

ABOGADA DE CONSTANTINO: Es decir, ¿ni siquiera estaban dentro de algún vehículo?

MRCOS : Así es. No estaban dentro.

ABOGADA DE CONSTANTINO: Las libretas que ustedes dicen que estaban escondidas… ¿también las llevaron ustedes?

MINISTERIO FISCAL: ¡Señoría!

MAGISTRADO: Señora letrada, ¿está usted acusando al testigo de haber cometido algún delito?

ABOGADA DE CONSTANTINO: Es el testigo el que acaba de reconocer que el dinero y los teléfonos que afirman que estaban en la casa de mi cliente los pusieron ellos allí. Sólo le pregunto si también hicieron lo mismo con las agendas. Es mi derecho de defensa.

MAGISTRADO: Creo que el testigo lo que ha declarado ha sido que las cajas estaban sobre el maletero de un vehículo porque la esposa y la hija del acusado las habían sacado de la casa unos minutos antes. ¿No es así, agente?

MRCOS : Sí, señoría. La esposa y la hija del acusado intentaban abandonar el lugar con unos bultos, y los agentes las retuvieron hasta que llegó la comisión judicial; la señora letrada nos acompañaba y pudo verlo.

ABOGADA DE CONSTANTINO: Cuando detuvieron a mi cliente, ¿el agente lo llamó por su nombre?

MRCOS : Es posible. Se suele hacer así. Se hace para que no se ponga nerviosa la persona que se va a detener.

ABOGADA DE CONSTANTINO: Es decir, ¿ustedes ya iban a por el señor Rodríguez?

MRCOS : Si se refiere a si ya era sospechoso, le diré que sí.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿Y por qué era sospechoso?

MRCOS : Habíamos descubierto que Alfeirán era un apodo del acusado. Habíamos descubierto su relación con la menor y sospechábamos que era el usuario del teléfono móvil investigado, pues así constaba en la agenda de la menor.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿La persona que les indicó que Constantino podría tener relación es el dueño del hotel…?

MRCOS : Sí, señora.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿Esta persona está registrada como confidente?

MRCOS : No, señora. Esta persona no es un confidente. Se limitó a confirmar unas sospechas que teníamos, y creo que tiene amistad con el sargento del cuartel, pero no es un confidente.

ABOGADA DE CONSTANTINO: Luego usted reconoce que es un testigo secreto y que su testimonio no es válido, ¿es así?

MINISTERIO FISCAL: ¡Protesto!

MAGISTRADO: Señora letrada, está usted efectuando un interrogatorio. No vierta conclusiones ni ponga en la boca del testigo afirmaciones que no ha efectuado.

ABOGADA DE CONSTANTINO: Es el sargento el que ha afirmado que no está registrado como confidente el confidente.

MAGISTRADO: Le ha contestado que no es un confidente, sino un ciudadano que identificó a una persona.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿El informe caligráfico lo realizó un guardia civil?

MRCOS : Creo que dos peritos de criminalística de la Guardia Civil. Debe figurar así en el informe.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿Luego ustedes pudieron haberles ordenado qué debían poner?

MRCOS : No sé a qué se refiere.

MAGISTRADO: No conteste a esa pregunta, es impertinente.

Cuando la abogada de Constantino Rodríguez dio por concluida su intervención, le llegó el turno a Beatriz.

BEATRIZ: Fuera de la grabación y del ADN de mi cliente en la escena del crimen, ustedes no presentan otros indicios contra el señor Aníbal Caamaño. ¿Es eso cierto?

MRCOS : En un primer momento también nos pareció sospechosa la reacción del señor Caamaño, parecía que quería ocultar algo.

BEATRIZ: ¿El señor Caamaño les permitió registrar su casa libremente?

MRCOS : Así fue.

BEATRIZ: ¿Les aportó sus agendas, documentación de su empresa, e incluso les permitió registrar esta?

MRCOS : Así fue. Nos facilitó todos esos datos.

BEATRIZ: ¿Encontraron algo que les pareciese sospechoso?

MRCOS : No, señora letrada.

BEATRIZ: ¿Algo que le relacionase con el señor Constantino Rodríguez distinto a la relación empresarial?

MRCOS : Negativo.

BEATRIZ: Con relación a la cinta que contiene la grabación, ¿se corresponde con la grabadora, es decir, se podría utilizar en la grabadora que encontraron junto a ella?

MRCOS : No, señora. Es una cinta de casete normal.

BEATRIZ: Parece lógico pensar que primero debió de hacerse una grabación con la grabadora y luego una copia. ¿Es así?

MRCOS : Sí. Posiblemente fue así.

BEATRIZ: Y en la copia, ¿se pudieron hacer cortes y manipulaciones?

MRCOS : Sería posible hacerlo, pero no puedo afirmar que se haya hecho. Yo no hice el estudio de la cinta.

Uno a uno, los agentes fueron sometidos a un desagradable intento de demostrar que habían mentido en sus atestados. Que acusaban a personas sabiendo que eran inocentes. Faltó poco para que alguien afirmase que las pruebas las habían fabricado en el cuartel y las habían colocado en los lugares precisos. Igualmente, se cuestionaron sus conclusiones. ¿Cómo puede afirmarse que una anotación pertenece al dueño de la mesa donde apareció sólo porque el perito calígrafo diga que la letra es de esa misma persona? Cualquiera que asista a un juicio, escuchando a algunas defensas, podrá salir con la sensación de que la Policía en España está constituida por delincuentes estúpidos.

En primer lugar, fue citada la agente Begoña.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿Fue usted la que registró a la menor cuando la detuvieron?

BEGOÑA: Sí, señora letrada.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿Tenía dos teléfonos entre sus pertenencias?

BEGOÑA: Positivo. Tenía dos teléfonos.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿Uno de ellos era el que ustedes estaban buscando?

BEGOÑA: Negativo, señora letrada. Ninguno de ellos era el que estábamos buscando.

ABOGADA DE CONSTANTINO: El número estaba a su nombre, ella afirma que el teléfono es suyo y lo usaba ella, y que ustedes se lo quitaron al detenerla, y usted, ¿sigue diciendo que ella no lo tenía encima cuando la registró?

BEGOÑA: No es tan infrecuente que personas que necesitan dinero presten su identidad para adquirir las tarjetas de un teléfono y así el usuario permanecerá oculto. Suponemos que es lo que buscaba Constantino Rodríguez para ocultar sus actividades ilícitas.

ABOGADA DE CONSTANTINO: Eso lo dice usted. Ustedes ya sabían a quién iban a detener, ¿verdad?

BEGOÑA: Cierto, conocíamos la identidad del sospechoso, la habíamos determinado un par de días antes.

ABOGADA DE CONSTANTINO: Es decir, ¿ustedes ya conocían la identidad de Constantino Rodríguez antes de tener pruebas contra él?

BEGOÑA: Negativo. Primero tuvimos indicios contra esa persona y luego la identificamos.

ABOGADA DE CONSTANTINO: La identificaron a través de una persona que es confidente de la Guardia Civil, así nos lo ha reconocido su sargento, ¿es así?

BEGOÑA: Dudo que el sargento haya identificado a un ciudadano normal como confidente. Además, en homicidios no usamos confidentes.

Cuando Begoña hubo terminado, subió al estrado el agente Manolo. El primer turno de preguntas correspondió al abogado de uno de los colombianos.

ABOGADO DEL ACUSADO: ¿Tienen ustedes constancia de la presencia de mi cliente en España antes de su detención?

MANOLO: No, señor. Suponemos que usó siempre documentación falsa.

ABOGADO DEL ACUSADO: ¿Cómo pueden estar seguros de eso?

MANOLO: Porque en el momento de su detención encontramos documentación de personas que residen en otros lugares de España y que habían denunciado el robo de sus documentos de identidad.

ABOGADO DEL ACUSADO: No se trata, pues, de documentación falsa.

MANOLO: Si lo prefiere, puede decirse documentación verdadera, pero utilizada por una persona distinta a su titular.

ABOGADO DEL ACUSADO: Es usted el que tiene que aclararse. ¿Entraron disparando en el piso?

MANOLO: Negativo. Los únicos disparos que se realizaron los efectuó uno de los acusados.

MAGISTRADO: Señor letrado, ese tema ya se ha contestado reiteradamente y no es objeto de este juicio.

ABOGADO DEL ACUSADO: Señoría, trato de demostrar que los agentes entraron disparando y amedrentando a mi cliente y a sus compañeros de piso, y por ese motivo, por el miedo que tenían, no le contaron a la comisión judicial que lo que encontraron lo habían traído los propios guardias.

MAGISTRADO: Continúe usted.

ABOGADO DEL ACUSADO: ¿Qué buscaban ustedes en el piso de mi cliente?

MANOLO: Indicios que aclarasen la desaparición de Pablo Dios y su esposa.

ABOGADO DEL ACUSADO: ¿No entraron ustedes buscando droga?

MANOLO: Negativo.

Luego, la abogada de Constantino tomó la palabra.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿Detuvo usted a Constantino Rodríguez, mi cliente?

MANOLO: Afirmativo.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿Lo llamó usted por su nombre?

MANOLO: Afirmativo. Primero me identifiqué como guardia civil y luego lo llamé por su nombre. Es para que no se pongan nerviosos.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿Iban ustedes a por él?

MANOLO: Como sospechoso sí, si se refiere a eso.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿Cuántos teléfonos llevaba con él?

MANOLO: Tres.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿No serían dos?

MANOLO: Negativo. Eran tres.

ABOGADA DE CONSTANTINO: ¿En qué lugar vio usted por primera vez las cajas con el dinero y teléfonos que afirman pertenecen a mi cliente?

MANOLO: Encima de un coche delante de la casa de Constantino Rodríguez.

En medio de tanta reiteración, de tanta confusión, parecía difícil poder exponer algo con claridad. Beatriz trató de buscar un poco de efecto teatral para que el jurado estuviese atento a su exposición. Solicitó que Gabi y Manolo declarasen juntos. Así se aseguraba que sus preguntas no se mezclarían con las de los otros letrados, y su postura no se confundiría con las de los demás acusados.

BEATRIZ: Ustedes fueron los que analizaron la cinta. En primer lugar, se trata de una cinta de casete normal y la grabadora junto a la que apareció no usa ese tipo de cintas. ¿Es así?

MANOLO: Afirmativo.

BEATRIZ: Lo lógico, por tanto, es pensar que la grabación original se realizó en otra cinta.

Gabi: Nosotros también suponemos que fue así.

BEATRIZ: ¿Han analizado si la conversación tiene cortes?

MANOLO: Sí lo hemos hecho y no hemos podido apreciarlos.

BEATRIZ: Si se copia una conversación en un ordenador, se podrían hacer cortes digitalmente sin que luego se noten si se graba en una cinta. ¿Es así?

Gabi: Sería posible.

BEATRIZ: Señoría, quisiera aportar una copia de la grabación con las frases cambiadas, es simplemente la grabación que constituye la prueba, pero con un único corte. Antes de reproducirla me gustaría continuar.

BEATRIZ: ¿Creen que la conversación está completa?

MANOLO: No. Creemos que falta bastante grabación.

BEATRIZ: ¿Notaron ustedes algo raro en el tono de la conversación?

Gabi: Sí. El tono no se corresponde con el contenido de las frases.

BEATRIZ: ¿Me permiten ponerles la conversación con un cambio?

Bea hizo sonar el archivo.

ANÍBAL: Lo siento, Pablo, pero si no pagas estás muerto.

PABLO: Ya… (Murmura algo).

ANÍBAL: Lo sabías desde el principio. Las reglas son las reglas y las conocías bien. No eres un niño.

PABLO: ¿Y qué quieres…? (No se entiende).

ANÍBAL: Piensa en tu familia. Imagina que les pasase algo. ¿No te revuelve el estómago?

PABLO: Nunca creí que fueses tan cruel como para decirme eso. Sabes que me aterra. Pero no tengo el dinero ni forma de conseguirlo.

ANÍBAL: Sí tienes una forma. Tú verás si prefieres verlos muertos.

PABLO: Aníbal, hace muchos años, los tres hicimos un pacto. Juramos que íbamos a respetar lo que ella decidiera.

ANÍBAL: Exacto. Lo que decidiera la suerte.

PABLO: Tú no lo has respetado.

ANÍBAL: No sé de qué me hablas.

PABLO: Sabes muy bien de qué te hablo, señor Caamaño. No te hagas el tonto.

ANÍBAL: El tonto te lo haces tú. Yo sólo te he ayudado porque me lo pediste. ¿O no te fui dando dinero, como querías?

PABLO: Tú me has ayudado porque sabías que acabaría siendo una marioneta en tus manos.

ANÍBAL: No has hecho nada que no hayas querido. Yo no te he obligado a nada.

PABLO: Me hiciste morder el anzuelo para luego manejarme a tu antojo.

ANÍBAL: Tú fuiste el que me manejó a mí sacándome todo el dinero que pudiste. Y no fue poco. Ahora no culpes al único que te ayudó.

PABLO: Querías comprar con dinero lo que la suerte te negó y violaste el pacto.

ANÍBAL: ¿Te has vuelto loco? ¿Qué tiene que ver el pacto con el dinero que…? (No se entiende).

PABLO: Sabes muy bien lo que digo. Te debo dinero, sí, pero hiciste trampas.

ANÍBAL: ¡¡Eso es mentira!! Si alguien te ha dicho algo, te ha mentido. Yo no tuve nada que ver con que os cogieran. Te han mentido.

PABLO: No me refiero a eso.

ANÍBAL: Os cogieron porque no cuidasteis los teléfonos. El que diga lo contrario está inventando.

PABLO: Deja de decir tonterías. Me refiero al pacto.

ANÍBAL: ¿Qué pacto?

PABLO: Sabes que usaste el dinero para que yo te entregase lo que nunca conseguiste. A esa trampa me refiero.

ANÍBAL: ¡Ah! ¡Eso! No entendía. Eso es una estupidez. Excusas de mal pagador. Como me debes dinero, dices tonterías.

PABLO: No digo tonterías. Sabes que es mejor mi silencio.

BEATRIZ: ¿El tono ahora les parece más coherente?

GABI: No podemos asegurarlo. Pero hay que reconocer que suena bien.

BEATRIZ: ¿Con este orden les parece amenazante?

MANOLO: No, parece un chantaje.

BEATRIZ: Luego, sólo a modo de hipótesis, podemos concluir que si cambiamos el orden de las frases, ¿cambia el sentido de la conversación?

GABI: Puede considerarse así.