CANCIÓN DEL NIÑO ABEJA

¡Oh, las abejas! ¡Oíd, oíd su, zumbido!

«Si es que lo queréis, contadle al vecino los secretos,

mas todo cuanto os sucede referídnoslo a nosotras

o nuestra miel no os daríamos y no podríais venderla».

En su gloria una doncella,

en el día de sus bodas,

debe su historia contarles,

o ellas lejos volarán.

Volar lejos… Morir lejos…

abandonándola siempre.

Mas si tú no las engañas,

ellas no te engañarán.

Bodas, nacimientos, muertes,

cartas cruzando los mares,

tus tristezas o alegrías

a ellas debes referir,

tanto al venir como al irte;

donde las aventaderas

a las abejas, curiosas

como un hombre hacen allá.

No aguardes bajo los árboles

cuando brillan los relámpagos;

no odies a las abejas,

o todas perecerán;

morirán, lejos, cansadas…

De cualquier modo, has de huir.

Mas si nunca las agravias,

ellas no te agraviarán.