CANCIÓN DE UN ROMANO EN BRETAÑA
(A. D. 406)
El padre de mi padre no lo ha visto,
y yo, posiblemente, no iré nunca
a contemplar aquel lugar sagrado,
la Roma verdadera.
Reina por el Poder, la Edad y el Arte,
obra misma de dioses y de hombres,
al pie de cuya vieja colladía
ha nacido la Raza.
Que nos mandes de nuevo te rogamos
otra generación, pronto, segura,
de osadía tres veces puesta a prueba
en arduas circunstancias.
El corazón en su armadura triple
late fuerte, y tu sangre va fluyendo.
Edad a Edad, en el Imperio enorme,
en nosotros tus hijos.
Quienes te amamos y servimos lejos
de las Siete Colinas, te pedimos
que preserves de todas las discordias
el fuego del Imperio.