17. DILEMAS

Un día, la desgracia se metió en mi vida y yo, como un gilipollas, no he conseguido echarla.

El amor más intenso es el amor no correspondido. Hubiera preferido no saberlo nunca, pero ésta es la verdad: no hay nada peor que amar a alguien que no te ama, y al mismo tiempo se trata de lo más hermoso que jamás me ha ocurrido. Amar a alguien que también te ama es narcisismo. Amar a alguien que no te ama, eso es amor. Buscaba un reto, una experiencia, una prueba que pudiera transformarme; por desgracia, mis deseos se vieron saciados más allá de mis expectativas. Amo a una chica que no me ama, y ya no amo a la que me ama. Utilizo a las mujeres para odiarme a mí mismo.

«Fan-Chiang preguntó: ¿Qué es el amor?

El maestro dijo: Valorar más el esfuerzo que la recompensa, a eso se le llama amor» (Confucio).

Gracias, pícaro oriental, pero yo tampoco despreciaré la recompensa. Mientras tanto, me han abandonado. Cuando Alice supo que mi mujer me había dejado, se asustó y dio marcha atrás. Se acabaron las llamadas, los mensajes en el buzón de voz 3672, los números de habitación de hotel en el avisador de Bi-Bop. Soy como una amante pesada que se pasa el día esperando a que su hombre se acuerde de su culito. Yo, que sólo ansiaba las largas avenidas, me encuentro en un callejón sin salida. Lo único que me corroe sin cesar y resume mi existencia: ¿qué es peor: hacer el amor sin amar o amar sin hacer el amor?

Tengo la impresión de ser como Milú cuando sufre una crisis de conciencia, con, por un lado, un angelito que le dice que haga el bien y, por otro, un mini-demonio que le induce a hacer el mal. Yo tengo un angelote que desea que regrese con mi mujer y un diablillo que me sugiere que me acueste con Alice. Mi cabeza es el escenario de un talk-show permanente entre los dos, en vivo y en directo. Hubiera preferido que el diablo me ordenase follarme a mi mujer.