Los dos caballeros

En su lecho de muerte, Gottfried Keller confió a un amigo que varias noches antes había visto a dos caballeros, vestidos de pies a cabeza con armaduras forjadas en oro puro, que permanecían impasibles junto al pequeño armario que se hallaba entre las dos ventanas. El escritor volvía una y otra vez al asunto, sin acertar a describir el maravilloso resplandor que, según él, envolvía a la escena.

Ibrahim Zaid, Marginalia (1932).