PARA DECIR LO QUE ME PARECE

[393] Entre los hombres del 98 no hay ningún novelista verdadero: todos son pura y sencillamente escritores. (DN)

[394] Unamuno ha recurrido a todos los medios de expresión para clamar su soledad y su ansia de sobrevivir. (DN)

[395] La concepción novelesca de Unamuno es muy peculiar: la de hacer de la novela un laboratorio de almas, un medio de investigación y de conocimiento. (MH)

[396] El esperpento de Valle no es una negación de la realidad, ni una evasión vanguardista irracional, ni un juego estilístico más o menos surrealista; es, por el contrario, un engolfamiento intenso en la indignidad de la aristocracia dinástica española y de su burguesía banal, petulante y cursi. (MH)

[397] Lo esencial en Azorín es justamente lo accesorio. Su arte consiste en ocultar lo esencial dándolo a entender por el detalle. Su arte consiste en hace intuir al lector lo esencial por medio de lo nimio. Que los detalles suelen ser para todos idénticos y los motivos profundos, dispares. (D)

[398] Baroja es un escritor deslabazado, deshilvanado, a la buena de Dios; y sin embargo es un escritor apasionante. (DN)

[399] Su independencia y su agnosticismo aunados a su gran talento de escritor hacen de Baroja, todavía hoy, el novelista más importante de nuestro siglo. (MH)

[400] Todo en don Antonio Machado es sentencia. Porque, como él dice, no ha pasado de ser un aprendiz de folklorista, y el pueblo no se anda por las ramas. (CP)

[401] Todo en la poesía de Antonio Machado es presente, y todo escrito con el recuerdo. De ahí el retumbar (re–tumba) de sus versos. Poesía sin tiempo, luz sin sombra. Las cosas son, están y quedan; la sencillez misma. ¿Para qué las imágenes? ¿Para qué las metáforas? (CP)

[402] La prosa de Antonio Machado es, tal vez, la más pura y exacta en su tiempo, paradigma de sencillez y hondura, como su mejor poesía. (MH)

[403] Del despepitarse por lo exquisito nace en Ortega su desprecio, si lo interpretamos fielmente, u odio, por el hombre medio. No se le ocurre pensar que él puede ser un hombre medio. No, él es excepcional. (DN)

[404] Pérez de Ayala quisiera ser un humorista y se queda en satírico obstinado, le falta gracia mientras le sobra pesimismo. En general le pierde la literatura. (DN)

[405] Gabriel Miró no logra dar crédito a sus ojos ante el prodigio de la creación, por la que se pasó la vida dando gracias al cielo. (DN)

[406] León Felipe es el único poeta de nuestro tiempo que tuvo el valor de enfrentarse directamente con el silencio de los dioses. (CP)

[407] Rebeldía desesperada contra la falta de sentido del universo; grito desgarrador del hombre que no se sabe para qué ni por qué ha nacido. Muge, León Felipe, blasfema, para ver quién le responde. Y sólo oye su eco. No hay Dios que valga. (CP)

[408] En verdad, hay grandes y buenos poetas. Los grandes poetas, que a veces no son muy buenos poetas —como Unamuno y León Felipe—, que son grandes poetas y no necesitan ser buenos poetas. Luego hay los buenos poetas —como, por ejemplo, Manuel Machado—, que no son grandes poetas. (CP)

[409] Ramón Gómez de la Serna: He aquí al monstruo de nuestros tiempos —gordo y lunático, con patillas y pipa. Que escribe desde la cuna, desordenada y vorazmente, amontonando libros, secretando prólogos y epílogos, hablando de lo que no sabe; lo cual no le importa porque todo es bueno para ir encadenando frases, colgándolas de los balcones de Madrid como si fueran serpentinas y farolillos venecianos. (DN)

[410] Ramón Gómez de la Serna escribe a borbotones; mana por mil ojos. Se da. No tiene tiempo de escoger, ni pulir, ni pensar. Allá va, bomba. Como si tuviera estilográficas en la punta de cada dedo y ninguna se enterara de lo que escribe su vecina. (DN)

[411] Benjamín Jarnés se pierde en los vericuetos distinguidos del arte nuevo, sin alcanzar a más que bien decir cosas de poco interés. (MH)

[412] Si, como creo, hay librerías de viejo en el otro mundo, allí andará Enrique Diez Cañedo como tras su Botánico, en su feria de libros, subibajando entre los puestos, buscando colofones, trasegando, pesquisando falsas, divirtiéndose con erratas, revolviendo escondrijos, en busca de uno y en pos de otro tomo dispar. (CP)

[413] Los del 98 eran anarquistoides; los del 27, puros señoritos. (D)

[414] Desde 1936 va Alberti envuelto en la capa de la muerte que le robó Federico García Lorca. (CP)

[415] Fue Luis Cernuda siempre un hombre distante que parecía no querer marcharse con nada que pudiera dejar rastro. Atildado, elegante, frío. Siempre vestido de gris, aunque fuese de otros colores. (CP)

[416] Hace mucho que Cernuda no quería saber nada de España: nada le dolía tanto. Amaba apasionadamente lo que odiaba: su soledad primero. Vivió atrincherado, rodeado de enemigos, imaginarios. (CP)

[417] La aparición de Federico García Lorca fue un acontecimiento. Creó, para él, un estilo, un lenguaje personal. Se lo plagiaron inmediatamente, para mal de los imitadores. (DN)

[418] García Lorca, ¿poeta popular? Habría que ponerse de acuerdo acerca de la amplitud de la palabra popular. Si entendemos por popular que la canción o el verso sea sabido de la masa entonces García Lorca no lo es. (D)

[419] Con la Muerte y la Soledad fue caminando Emilio Prados, el corazón abierto para remediar cuantos males pudo alcanzar a curar con su mano y con su poesía. (CP)

[420] Todos recordaremos a Emilio Prados no como el poeta que fue —hay muchos— sino como el hombre más bueno que pisó jamás la tierra. (CP)

[421] Vicente Aleixandre es el poeta español contemporáneo que menos ha variado: siempre fue bueno. Lo que no quiere decir que, a veces, sea mejor. Es un poeta de antología, con lo que quiero decir que es el poeta cuya antología es la más difícil de hacer. Un río tranquilo, un río sonrosado, un río todavía rubio, lento. (GC)

[422] Se embrollaba entusiasmado, por gusto de hacer, por los demás. Manolo Altolaguirre, gordo, arrastrando sus pies planos, despierto, dormido: ángel mofletudo, de pastaflora que sabía a dulce, rosa y azul, pintado con anilinas disueltas en agua de mar, azul cielo. Cuando para tantos españoles escribir fue, es, llorar, o morir, para Manolo Altolaguirre era nacer. (CP)

[423] Hay poetas llanos, poetas esdrújulos y aun agudos; Domenchina, sin dejar de tener algo y aun algos de lo último, participó más de lo segundo mezclándolo con un equívoco amor hacia la paremiología, muy de su primera época. (CP)

[424] Guillén en casa. Ejemplo de su generación: no querer comprometerse. A la defensiva. Sí y no. Olfato crítico finísimo. Parten un pelo en el aire. Son todos así: él, Salinas y sus deudos. Dámaso, Cernuda. Estar en lo justo, pero nada más que lo preciso. Muy inteligentes, pero nada más. No dar un paso en falso. Hijos de Ortega, deshumanizados —un poco, no mucho—. No mucho en nada. Parcos hasta en la obra. Los señores un poco aparte, temiendo mancharse. Ambiguos. (D)

[425] ¡Eh, Dámaso Alonso! ¿Y nuestra España? Sí, la nuestra: la de Rafael, la de Jorge, la de Vicente, la de Federico —un poco menos porque le dieron de baja y mucho aire—, la tuya, la de Luis (Cernuda), que murió de repente; la de Manolito, en su accidente, del que ni hablar dejaron en tu capital, nicho de cadáveres; la mía. ¿Dónde está nuestra España? ¿Dónde queda? ¿Qué han hecho con ella? No lo sabes, no lo sé, nadie lo sabe. Habría que inventarla. (GC)

[426] Bergamín: nombre y forma de lápiz. Bien afilado, lo mismo escribe con una punta que con otra —la una azul, la otra roja—; con la cabeza o con los pies. (D)

[427] FEDERICO

Es muy sencillo: supo más que nadie.

(Porque no estaba solo;

siempre iba con el otro

o la otra, como los vio don Antonio) (PC)

[428] SALINAS

Gran jugador de fútbol. Gran chófer,

Gran poeta, grande en todo, ¡tan alto! (PC)

[429] GUILLÉN

Valladolid de Castilla

¿qué no perdiste?

Lo vieron en Murcia y en Sevilla,

En Cambridge, de allá y aquí,

En Florencia y en Roma,

Hasta en Madrid,

En la Revista de Occidente.

No era de Valéry,

Sí de Valladolid.

Jorge Guillén de Cántico y Clamor,

De aquí, de allá y de amor. (PC)

[430] CERNUDA

¿Quién fue más sevillano?,

¿quién más triste de serlo? (PC)

[431] CHABÁS

Era el más guapo,

El más amigo de Dámaso.

Entre todos lo matamos

De quererlo tanto. (PC)

[432] ALBERTI

Todos decían que era un ángel

Y era su padre. (PC)

[433] DÁMASO

Nació sabiendo quién era Góngora

Y no quería, hijo de la ira,

Sino ser el Arcipreste de Hita. (PC)

[434] BERGAMÍN

Hombre sin pecho, de perfil de frente

Cortapapeles de Dios,

Tan agudo que todo blanco muerde. (PC)

[435] PRADOS

Málaga, capital de España.

Litoral, capital de Málaga.

Emilio, capitán del alma.

Emilio azul cielo y marino,

Y capitán de las erratas. (PC)

[436] ALTOLAGUIRRE

Manolo, que hizo de todo

¿qué andará haciendo en el cielo?

Cualquier cosa menos versos;

Mirarle el culo a San Pedro,

Por ejemplo. (PC)

[437] ALEIXANDRE

Árbol enhiesto siempre echado… (PC)

[438] No deja de ser curioso que a Rafael Sánchez Mazas la gloria le venga precisamente por su descendencia. (MH)

[439] Las obras de Francisco Ayala están escritas con precisión regocijante, con una inteligencia y un arte que para sí quisieran muchos. (MH)

[440] De auténtico origen pueblerino, tuvo Miguel Hernández, como nadie, las mayores facilidades para el verso; era un manantial, dispuesto a correr por las acequias que se le abrieran, sin secarse jamás. (MH)

[441] Falla Ramón J. Sender por lo más: la autenticidad. Así cuente reales sucedidos, algo hay en su expresión que los falsea. Se le escapan, grises, los tipos, los caracteres. Quizá porque su arte no cala lo suficiente. (DN)

[442] Don Gregorio Martínez Sierra nació adelantado. ¡Ahí es nada!: Caer con una mujer que le hiciera de pé a pá las comedias —y con otra que se las representara cabalmente. La una fue su esposa, la otra su amante. Para él todo se reducía a conllevar la situación. Lo logró con talento, simpatía, naturalidad y cierta gracia muy de Madrid. (CP)

[443] Murió de pena Paulino Masip, viéndose olvidado. Cinco losas le cubren. Dios perdone a los que nos echaron. (D)

[444] Ahí están tus cenizas, Esteban Salazar Chapela, con las de Cernuda, Prados, Salinas, Quiroga, Domenchina, Plá y Beltrán, Azaña, Díaz Fernández, Moreno Villa, —y con las de Juan Ramón y Altolaguirre—, con las de miles y miles que, como tú, soñaron lo que no pudo ser. Hablo de España, claro. (CP)

[445] No se puede hablar de Barea sin haber leído Valor y miedo, ni hablar de imágenes de la guerra española sin citar a Masip ni a Herrera Petere. (D)

[446] Segundo Serrano Poncela es, sin duda, el novelista del exilio. Nadie como él ha sabido dar el ambiente, la tristeza fundamental del hombre que pisa tierra extraña. (MH)

[447] Casona se convirtió en el autor preferido de la actual burguesía española. Nada tiene que ver esto con su obra, que ahí está para quien quiera juzgarla. Pero es triste para los que le conocimos firme, resuelto, llevando las Misiones Pedagógicas por los lugares donde el teatro más falta hacía. (CP)

[448] Juan Gil Albert es el único al que podría aplicarse el adjetivo fino, tan de moda en los tiempos en que empezó a escribir. (MH)

[449] Tomás Segovia, en la cauda de Luis Cernuda, es la voz más pura de los hijos de los trasterrados. (MH)

[450] Alto, barrigón de veras, la cara cuadrada, las patillas canas, vestido ampliamente, Camilo José Cela dedica todas las horas posibles a su negocio que es la gloria. Sueña todas las noches con el premio Nobel. No hay nada escrito acerca de que no lo consiga. (D)

[451] Camilo José Cela. Gallego, es el primer novelista de su generación, dando a la palabra un sentido temporal; importancia que, suceda lo que suceda en la valoración de su obra, nadie le podrá quitar. (MH)

[452] Cela pinta su mundo, desengañado y escéptico, con gran desparpajo, sin importarle qué dirán sino cómo lo dice. No se pinta en su obra, como los del 98, sino en su estilo. El mundo por montera, cuentan los vinos, los manjares, los hombres, uno a uno, y el idioma. (MH)

[453] Ricardo León hizo las delicias de los indigentes mentales, que siempre son legión, con su hinchazón retórica, ideales trasnochados y falsedades repetidas a los que, naturalmente, no salva una mística de salón. (MH)

[454] Rafael García Serrano y José María Gironella, que quieren representar la faz nacionalista de la Gran Guerra Civil. Fallan, el primero por sectarismo; el segundo por ignorancia. (MH)

[455] Carlos Barral, con su barba marinera, poeta triturado por las prensas, reducido a cuadratines. Editor con ala y pies de plomo. Señorito y marxista, como hoy se debe ser, sobre todo en Barcelona. Personaje de sí mismo, disparejo, entrañable; gusto seguro y poco compartido. (GC)

[456] ¿Dejan de ser españoles por escribir en francés Fernando Arrabal o Jorge Semprún? (MH)

[457] El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio, es la mejor novela española publicada en su época. (MH)

[458] Ángel González canta con convencimiento —y fuerza— su esperanza, rompiendo sabiamente su verso. (MH)

[459] José Agustín Goytisolo. Sin ambages, con ritmo corto y una valentía a toda prueba, ha dicho lo suyo, sin que la amargura destiña su esperanza, hombro con hombro con sus hermanos. (MH)

[460] Jaime Gil de Biedma es, sin duda, el más complejo de estos jóvenes poetas y de los que más se puede fiar. (MH)

[461] Antonio Buero Vallejo otorga al teatro una dignidad de la que carecía desde 1936. (MH)