Ya he dicho en el capítulo pasado que dello habla quel virrey don Antonio de Mendoza y la Real Academia de Méjico enviaron a descubrir las Siete Ciudades, que por otro nombre se llama Zibola, y fue por capitán general un hidalgo de se decía Francisco Vázquez Coronado, natural de Salamanca, que en aquella sazón se había casado con una señora que, demás de ser muy virtuosa, era hermosa, hija del tesorero Alonso de Estrada, y en aquel tiempo estaba el Francisco Váquez por gobernador de Jalisco, porque a Nuño de Guzmán, que solía estar por gobernador, ya lo habían quitado. Pues partido por tierra con muchos soldados de caballo y escopeteros y ballesteros, y había dejado por su teniente en lo de Jalisco a un hidalgo que se decía Fulano de Oñate, y después desde ciertos meses que hobo llegado a las Siete Ciudades paresció ser que un fraile francisco que se dice fray Marcos de Niza había ido de antes a descubrir aquellas tierras, o fue en aquel viaje con el mesmo Francisco Vázquez Coronado, que esto no lo sé bien.
Y desque llegaron a las tierras de la Zibola vieron los campos tan llanos y llenos de vacas y toros disformes de los nuestros de Castilla, y los pueblos y casas con sobrados, y subían por escaleras, parescióle al fraile que sería bien volver a la Nueva España, como luego vino, para dar relación al virrey don Antonio de Mendoza que enviase navíos por la costa del Sur con herraje y tiros y pólvora y ballestas y armas de todas maneras, y vino y aceite y biscocho, porque le hizo relación que las tierras de Zibola, que está en la comarca de la costa del Sur, y que con los bastimentos y herraje serían ayudados el Francisco Vázquez y sus compañeros, y que ya quedaban en aquella tierra, y a esta causa envió los tres navíos que dicho tengo, y fue por capitán general un Hernando de Alarcón, maestresala que fue del mismo Virrey, y asimismo fue por capitán de otro navío un hidalgo que se dice[85] Marcos Ruiz de Rojas, natural de Madrid. Otras personas dijeron que había ido por capitán del otro navío un Fulano Maldonado; y porque yo no fui en aquella armada, mas de por oídas lo digo desta manera. Pues dadas todas las instrucciones a los pilotos y capitanes de lo que habían de hacer, y cómo se habían de regir y navegar, se hicieron a la vela para su viaje[86].