5. «Los diez mandamientos de los árbitros de waterpolo»

Por: Bill Frady
Miembro del Comité Técnico de FINA
Árbitro Olímpico y Campeonatos Mundiales

Arbitrar en waterpolo es realmente complejo y difícil. Prácticamente todo este manual está dedicado a la base filosófica y aspectos técnicos acerca de cómo un árbitro debe dirigir un partido. Sin embargo, esta competencia técnica por sí sola, no hace al árbitro.

El waterpolo es el único deporte de equipo en el que necesariamente debe haber un árbitro. ¿Habéis visto una vez algún partido, incluso de entrenamiento, donde no hubiera un árbitro? Simplemente no es posible jugar al waterpolo con los jugadores señalándose ellos mismos las faltas. La razón es que las faltas forman parte integrada del juego. Es el único deporte que yo conozca en que una defensa basa su táctica en cometer faltas. En consecuencia, es absolutamente esencial que haya un árbitro decidiendo respecto lo que hace esa defensa.

Los mejores árbitros alrededor del mundo, tienen un cierto «don» que les completa una imagen de árbitros. Y esta imagen hace que estos árbitros tengan éxito. Si se elige el arbitraje como vocación, independientemente de si se cobra por los servicios, de si uno obtiene beneficios por ello, de si se dirigen 10 o 200 partidos al año, de si se dirige en la territorial o nacional o internacional, se van a exponer un conjunto de principios para ayudar a tener éxito en el arbitraje.

Independientemente de si eres el mejor árbitro del mundo o de si eres un árbitro nuevo en la territorial, podrás tener éxito o no dependiendo del nivel de seguimiento que realices en el futuro respecto de estas orientaciones. Estas son, los 10 mandamientos del árbitro de waterpolo. Seguir estos mandamientos no te hará necesariamente el mejor árbitro del mundo. Pero no seguir estas sencillas reglas significará, sin lugar a dudas, que tendrás menos éxitos de los que hubieras podido obtener.

El profesionalismo no es un aspecto interno. Es algo que perciben los jugadores, entrenadores, compañeros árbitros, evaluadores y designadores. Esta percepción no se basa en tus habilidades técnicas y experiencia, sino en tu actitud e interacción con estas personas. En resumen, el profesionalismo es la percepción de las otras personas de lo que constituyen tus rasgos internos.

Sé profesional en la piscina

Serás considerado como árbitro ya desde el mismo momento que llegues a la piscina hasta el momento en que te vayas. Tanto da que se trate de un solo encuentro de waterpolo como que hayan varios seguidos, el hecho que seas un árbitro ya es suficiente para que los demás te estén viendo como tal.

Sé profesional fuera de la piscina

El éxito final de un árbitro depende, en buena medida, de la calidad de las designaciones que se le asignan. Las designaciones se efectúan basándose en las habilidades, capacidades y un conjunto de elementos intangibles. Estos elementos intangibles tienen que ver con las percepciones de los entrenadores y designadores acerca de la capacidad y profesionalismo del árbitro. No hay árbitro que no sea tan bueno que no necesite ser profesional cuando interactúa con los entrenadores y los designadores.

En muchos aspectos, el reglamento de waterpolo genera una actitud «caballera» durante un partido. La causa es que, independientemente de lo que haga el árbitro, todo se puede explicar en nombre de la «ventaja» o «dejar jugar». Los árbitros también pueden tomar sus decisiones en base a que estaba jugando «bien» o «mal». Aunque estos son elementos acerca de cómo dirige el árbitro el partido, estas decisiones se deben basar en el conocimiento del reglamento. Un árbitro que no conozca bien el reglamento, no puede estar seguro de que toma las decisiones correctas. Además, las decisiones están sometidas a un «segundo filtraje» cuales son los espectadores, jugadores, entrenadores, otros árbitros e, incluso, uno mismo.

En España, igual que otros países, hay, además del propio reglamento de waterpolo, los reglamentos relativos a las competiciones, esto es, el «Reglamento de las Competiciones Nacionales», la «Normativa General de waterpolo», la «Normativa General del Waterpolo Masculino (o Femenino)» y la específica de cada campeonato, además de las propias de cada federación territorial. Actualmente, todas ellas se pueden obtener con gran facilidad por Internet. Los árbitros deben conocer, no sólo el reglamento de waterpolo, sino también las concernientes a cada competición en las que vaya a dirigir un partido. No será necesario ni siquiera prudente que las estudie todas sin excepción a principio de temporada, pero si será muy recomendable que realice los repasos necesarios con cierta periodicidad y que, cuando sea designado a una competición específica, estudie la relativa a esa competición.

El objetivo del juego de waterpolo es bastante simple. Los jugadores atacantes tratan de lanzar la pelota a portería para obtener un gol, mientras que los defensores tratan de evitarlo. Pero mientras que el objetivo del juego es muy simple, las formas mediante las cuales los equipos y jugadores tratan de conseguirlo ya es mucho más complicado. Hay muchas formas de conseguir un gol. Los equipos van descubriendo y redescubriendo distintas formas para superar al contrario y tener oportunidades de conseguir un gol, mientras que el contrario encuentra nuevas vías para contrarrestar esas tácticas. Para facilitar lo que sucede en el agua, es esencial que el árbitro tenga una buena apreciación de las tácticas que se están usando y de cómo se están usando.

Aunque es evidente, es necesario recordar que el waterpolo se juega dentro del agua. Hay un número limitado de formas en que uno se puede mover en el agua. Las leyes de la física, particularmente la de acción y reacción, son más evidentes en este entorno. En consecuencia, los árbitros deberán ser capaces de indicar lo que se permite y lo que no se permite hacer en el agua. Con una cuidadosa observación de las interacciones entre dos jugadores, un árbitro podrá ser capaz de saber lo que ha pasado entre ambos, incluso aunque el agua dificulte la observación.

Los árbitros están obligados a expresar su compresión del juego a través de su aproximación filosófica cuando está arbitrando. Es importante que los árbitros reconozcan su particular estilo y como lo asimilan al juego. Ciertos estilos de juego estarán más cerca de tu filosofía de juego que otros. Esto no significa que tú te tengas de adaptar a cada estilo de juego. Sin embargo, conocer tu filosofía de juego te ayudará a valorar lo que está pasando en un partido y en la propia evaluación posterior.

El reglamento del waterpolo está escrito para los defensores. Un equipo puede interrumpir el ritmo del juego cometiendo una falta. En consecuencia, la comisión de faltas es una parte importante de la estrategia del defensor. Si el árbitro se concentra sólo en las faltas, el juego no progresará y el ataque quedará muerto en cada interrupción. Por eso, es importante que los árbitros sepan esto y aprendan a dirigir el juego. Esto es, el árbitro debe ser capaz de hacer un buen balance entre señalar las faltas y permitir progresar al equipo atacante.

El principio más importante para arbitrar un partido es la ley de la ventaja. Esta es la razón por la que un árbitro decide señalar una falta o no lo hace. Al principio de este manual, hay una discusión acerca de las bases teóricas de la aplicación de la ley de la ventaja. La línea final de la ley de la ventaja dice que si la señalización de una falta interfiere la progresión natural del juego, no se debe señalar. Después de señalarse una falta, el nivel de ventaja del equipo atacante debe ser, al menos, tan bueno como el que tenía antes de esa señalización. Además, si un jugador juega demasiado agresivo o comete faltas de conducta, estas siempre se deben señalar. La seguridad de los jugadores es un objetivo primordial.

En contraataques

En el perímetro

Al boya

El ritmo del partido («dejar jugar») es uno de los conceptos más etéreos en el waterpolo. Un partido se ha de sentir. Este «sentir» está condicionado por la intensidad del juego, lo que están haciendo los jugadores en el agua, y el entorno en el cual se está desarrollando el partido. El ritmo va cambiando de momento a momento y de partido a partido. Los árbitros arbitrarán el ritmo del partido. En muchos momentos, es tan importante señalar una falta como permitir seguir el juego. En consecuencia, arbitrar el ritmo del partido es permitir progresar el juego de una forma natural, y no imponiendo un ritmo forzado por los árbitros o los jugadores.

Este sería el «Santo Grial» del arbitraje de waterpolo. Si un árbitro es coherente, independientemente de que los jugadores, entrenadores o equipos estén o no de acuerdo con su arbitraje, siempre sabrán lo que está arbitrando. Alternativamente, si un árbitro tiene una aproximación elegante al juego pero tiene importantes variaciones en su criterio de señalizaciones, tendrá pocas probabilidades que la gente lo quiera como árbitro para dirigir los partidos. Después de todo, un entrenador o un jugador, prefieren un árbitro «medio» pero muy coherente, a otro más brillante pero con importantes cambios en su criterio durante un partido.

Hay cuatro niveles de coherencia:

  1. De mes en mes, semana en semana, partido a partido. Los jugadores y entrenadores sabrán que tipo de arbitraje van a tener cuando estés como árbitro.
  2. De periodo a periodo. Lo que señalas en el primer periodo, lo señalas en el último
  3. Entre blanco y negro. Si no eres coherente en esto, los entrenadores y jugadores te verán como que les estás «robando» el partido.
  4. Entre tú y el otro árbitro. Sería perfecto que ambos árbitros señalaran exactamente lo mismo, pero esto es imposible. Las reuniones técnicas ayudan a eliminar las diferencias más importantes. No trates de cambiar completamente tu estilo de juego para parecerte a tu compañero o perderás la coherencia.

Prácticamente la única persona además de ti y de los miembros del jurado, a la que no le importa quien gana o quien pierde es tu compañero. Tu compañero es la persona con la que tienes la principal relación tanto dentro de la instalación como fuera de ella. Además, como la familia del waterpolo es muy pequeña, cualquier otro árbitro es siempre un futuro compañero potencial. Por eso, si colaboras con tus compañeros durante el partido o fuera de él, saldrás indiscutiblemente beneficiado. Debes dar soporte él y a su arbitraje. Él puede señalar alguna cosa con la que no estés de acuerdo, pero tu ángulo de visión y perspectiva es distinto. Además, tú no necesitabas tomar esa decisión y tu compañero sí.

Siempre hay algo que aprender en un partido. El árbitro que haya alcanzado la perfección deberá abandonar (porque ya no tiene ningún objetivo más que alcanzar) o hacer frente a la realidad (lo cual posiblemente es más razonable). El corolario de tratar de mejorar sistemáticamente, es admitir errores. Si reconoces tus errores, o incluso los que te digan otros, entonces tendrás posibilidades de seguir mejorando en los próximos partidos.