Está bastante extendido el error de creer que uno de los objetivos de un equipo atacante es obtener faltas. Esta idea es contraria a una correcta aplicación de la ley de la ventaja.
La ley de la ventaja dice que los árbitros se abstendrán de señalar las faltas que, con su señalización, puedan beneficiar al equipo infractor. Implícitamente, esta regla contiene el concepto que los árbitros señalarán las faltas sólo si, al cometerlas, el equipo infractor obtiene ventaja. Un defensor que está impidiendo a un atacante que no hace ningún intento de efectuar un pase, ni avanzar con la pelota, o lanzar a portería, no está quitando ninguna ventaja con su acción. Este tipo de faltas no es necesario señalarlas. Sin embargo, si el atacante no es capaz de desarrollar su jugada debido a que está recibiendo faltas del defensor, entonces sí que se deben señalar.
En el perímetro el árbitro prestará especial atención a las posibles faltas que se pudieran cometer. Cuando lo sean, el árbitro las señalará inmediatamente aunque el atacante aún conserve la posesión de la pelota. Retrasarla es quitar tiempo de posesión al equipo atacante y, en consecuencia, no le significa ninguna ventaja. Por el contrario, si no era falta, el árbitro no la señalará y permitirá que el defensor tenga opciones a obtener la pelota e iniciar un contraataque. Esto será así incluso aunque el atacante perdiera la opción a la pelota por su propia pasividad o simulación.
Un criterio orientativo para la señalización de estas faltas es observar quien la está buscando. Si es el atacante, esta falta no se «regalará» mientras que si es el defensor, el hecho de señalarla puede dar ventaja al equipo infractor.