2.4.14 Tarjetas amarillas y rojas

Si el entrenador muestra un comportamiento inadecuado, se le deberá advertir de que no puede continuar así. Si persiste en su mal comportamiento, se le deberá mostrar la tarjeta amarilla. Una tarjeta amarilla es una amonestación pública y que sólo tiene validez para ese partido. Después de mostrar la tarjeta amarilla, al entrenador aún se le permitirá avanzar hasta la línea de 5 metros cuando su equipo tiene la pelota, dar instrucciones, y permanecer de pie. De persistir en su mal comportamiento, se le deberá mostrar la tarjeta roja. Si a criterio del árbitro, el mal comportamiento inicial es exagerado, se le podrá mostrar la tarjeta roja directamente sin necesidad de mostrarle previamente la amarilla. Si un jugador del banquillo o cualquier otro oficial, muestra un mal comportamiento, se le mostrará la tarjeta roja directamente. No hay avisos para los oficiales o jugadores del banquillo.

El entrenador, oficial, o jugador que recibe la tarjeta roja, deberá dejar el recinto del campo de juego por el resto del partido. Sin embargo, puede permanecer en la grada destinada al público. Si sigue persistiendo en el mal comportamiento, se le expulsará de la grada.

Hay que tener en cuenta que cuando se han de aplicar este tipo de sanciones, normalmente, el árbitro ha podido tener alguna responsabilidad en esa jugada o anteriores.