2.2.1 Ventaja relativa

No señalar faltas que disminuyan el nivel de ventaja. Para que el árbitro dirija correctamente el partido, es importante que distinga los distintos tipos de ventaja y el nivel de cada una de ellas. El árbitro no señalará una falta si, con ello, disminuye el nivel de ventaja de los atacantes o defensores, en su caso.

Una estrategia muy común es la comisión de faltas. Los árbitros las señalarán o no, en función de la ventaja. Por ejemplo, en una situación de superioridad numérica de 6 contra 5, el nivel de ventaja no es tan bueno como en una situación de 2 contra 1. Otro ejemplo, sería la situación en la que dos jugadores atacantes nadan hacia la portería contraria, uno de ellos con la pelota. Los respectivos defensores están detrás de cada atacante. El árbitro podría expulsar a uno o los dos defensores. Si se expulsa al defensor del atacante que tiene la pelota, este se convierte en pasador. Podría suceder que, al querer hacer el pase, su compañero ya no esté en buenas condiciones de recibirlo ya que su defensor se está interponiendo en la línea de pase. En estas circunstancias, el haber señalado la expulsión del defensor ha beneficiado al equipo infractor. Por otra parte, si se expulsa al defensor del atacante que no tiene la pelota, el compañero con la pelota solo tiene que efectuar un pase al otro atacante que se ha quedado sin marcador. En este caso sí se ha señalado correctamente la falta, de acuerdo con la ley de la ventaja. Sin embargo, si se señala la falta de forma que se tiene de parar el contraataque porque se ha de volver la pelota hacia atrás para sacar el tiro libre, ya se vuelve a estar en una situación en que se ha aplicado mal la ley de la ventaja y el equipo infractor puede salir beneficiado.

En un contraataque con dos jugadores, uno de ellos con la pelota, el árbitro usará el criterio de la ventaja para decidir si señala una expulsión. Debido al concepto de «faltas ilimitadas» (no hay sanción por reiteración de faltas), las faltas defensivas pueden ser una estrategia. Si se señalan todas las faltas, el juego se puede convertir en aburrido y posiblemente se perjudicará el progreso de un buen ataque. Pero no señalar demasiadas faltas puede convertir el juego en agresivo y degenerar en una batalla campal. En consecuencia, el árbitro debe distinguir qué faltas señalará como ordinarias, cuáles como expulsión, cuáles serán penaltis y cuáles ignorará. Todas estas decisiones se deben basar en el criterio de la ventaja.

La clave de la ventaja es la ventaja relativa. La clave de la ventaja y de la ventaja relativa está en distinguir cuándo se incrementa o disminuye la ventaja y se debe arbitrar según el nivel de ventaja de un jugador o del equipo. Un jugador puede no tener ventaja (no tiene la pelota o no está contribuyendo al equipo en ese momento, sea en ataque o en defensa), o puede tener ventaja para efectuar un lanzamiento a portería (está listo y en buena posición para lanzar). Igualmente, un jugador atacante puede no tener ventaja (puede no ser capaz de mover la pelota hacia mejor posición) o no tener ventaja de lanzamiento (no tiene buena posición o no está en condiciones de recibir adecuadamente).

La perspectiva del árbitro debe ser la ventaja entre ambos equipos. Los árbitros tienen una perspectiva del juego distinta de los jugadores y entrenadores. El árbitro debe tener una visión global de la ventaja entre los dos equipos y no sólo limitarse a la de un jugador individualmente o, incluso, la de uno sólo de los equipos. El árbitro debe observar cuál es el nivel de ventaja relativa del equipo atacante y cuál la del equipo defensor. El árbitro señalará lo adecuado para devolver el nivel de ventaja perdido por el equipo atacante o defensor, y no lo hará, si no ha variado el nivel de ventaja.

Ventaja defensiva. Merece la pena hacer un apunte acerca de qué es ventaja defensiva. Esta viene determinada por la interacción entre los jugadores atacantes y defensores de forma que se aumenta la capacidad del equipo defensor de evitar un gol o una buena situación de gol.

Los árbitros no nivelan las situaciones. Finalmente, también habrá situaciones en la que son los jugadores o los equipos quienes pierden su nivel de ventaja. No es responsabilidad de los árbitros nivelar las capacidades de los equipos. Si el atacante no es capaz de ganar la posición a su defensor y se hunde por un ligero contacto incidental de su marcador, no se deberá expulsar a este debido a la falta de habilidad o fuerza de su adversario. Sin embargo, si el defensor gana ventaja por coger repetidamente a su contrario o porque está efectuando alguna otra falta, entonces esta sí que se deberá señalar. Son los jugadores quienes, gracias a sus habilidades, deben controlar sus cuerpos y sus acciones. Puede suceder que el atacante sea más hábil que el defensor y le gane la posición. En este caso, el árbitro no debe salir en ayuda del defensor. El atacante ha sido capaz de incrementar su ventaja gracias a su mejor habilidad y no se le quitará mediante la señalización de una falta que no ha cometido.