Se debe hacer el juego lo más entendible y coherente posible, especialmente para que el jugador lo comprenda. En consecuencia, se deben señalar las mínimas situaciones «raras» del reglamento, y hacer el juego lo más fácil posible.
Se deben permitir las máximas opciones de ataque de una forma «natural» sin poner excesivas restricciones a las defensas (por ejemplo, pocas expulsiones). La estrategia del equipo que ataca consiste en obtener el máximo número de oportunidades de gol buscando buenas posiciones desde las que efectuar un pase que permita buenos lanzamientos. El conseguirlo dependería de distintas tácticas que a continuación se enumeran, aunque no necesariamente por ese orden: contraataques, entradas en el ataque, bloqueos y «pantallas» en ataque, pases atrás y a los lados durante el ataque, y lanzamientos de jugadores en buena posición. Se deben señalar expulsiones cuando las haya, pero no ha de ser la forma «natural» de atacar.
Se deben recompensar las «buenas jugadas» con las señalizaciones oportunas o sin ellas; no se debe recompensar el «mal juego» o el juego carente de habilidades. De esta forma, los jugadores comprenderán rápidamente que deben jugar la pelota y mejorarán inmediatamente su juego. En el desarrollo de una buena defensa, se podrían incluir las siguientes tácticas, aunque no necesariamente en el orden que se indican: posiciones frontales, tapar las líneas de pases, ayudas o marcajes doblados, basculación entre dos atacantes, marcajes con la cadera en la superficie del agua, levantar brazos, levantar la cabeza para posicionarse (para ambos, en defensa y ataque), etc.
Se debe promover el buen juego: se debe mantener un ritmo de juego que premie la circulación de la pelota antes que el nado sin sentido de los jugadores.
En un partido concreto, los jugadores deben saber cuál es el espíritu del juego con el que se está arbitrando. En consecuencia, los árbitros transmitirán ese estilo de arbitrar aunque aplicarán el reglamento sólo cuando sea necesario.
El éxito o fracaso de una jugada de ataque ha de ser de los jugadores, individual o colectivamente. La función del árbitro es la de facilitar el juego que los jugadores desarrollen en el agua según la táctica que hayan elegido.
El árbitro debe contribuir a una forma de juego atractiva y segura.