La vuelta

Al cabo de los años del destierro

volví a la casa de mi infancia

y todavía me es ajeno su ámbito.

Mis manos han tocado los árboles

como quien acaricia a alguien que duerme

y he repetido antiguos caminos

como si recobrara un verso olvidado

y vi al desparramarse la tarde

la frágil luna nueva

que se arrimó al amparo sombrío

de la palmera de hojas altas,

como a su nido el pájaro.

¡Qué caterva de cielos

abarcará entre sus paredes el patio,

cuándo heroico poniente

militará en la hondura de la calle

y cuánta quebradiza luna nueva

infundirá al jardín su ternura,

antes que me reconozca la casa

y de nuevo sea un hábito!