Agradecimientos

CUANDO tenía seis años escribí una historia sobre los Exoginos, unos monstruitos que hoy han sido remplazados por los Gormitis. Ocuparon nada menos que cuatro páginas, y recuerdo bien por qué lo hice: mi madre me había instado a escribir con la promesa de que llevaría el guión a la RAI. Solo muchos años después entendí por qué había usado esa artimaña. Mi primer agradecimiento va, pues, para ella. Siempre ha confiado en mis capacidades y seguido con pasión todas mis actividades artísticas. Su ayuda nunca me ha faltado. La publicación de esta novela es también un éxito suyo. «Hasta detrás cerrado», respondía de pequeño cuando me preguntaba cuánto la quería. Era mi modo de describir un abrazo. Vale aún hoy, mamá.

Pero este libro también existe porque varias personas han decidido viajar de las realidades paralelas, dando voz a mis mundos.

Piergiorgio Nicolazzini, mi agente, al que expreso mi sincera gratitud, lo mismo que a todo su equipo. Es una persona leal, seria y sensible como se encuentran pocas. Cuando decidió incluirme en su escudería empecé a creer de verdad que esta pasión podía transformarse en una profesión. Querido Piergiorgio, la conquista de este universo es el primer objetivo. ¡Luego veremos de alcanzar también los alternativos!

Gracias a Fiammeta Giorgi y la redacción de Mondadori Ragazzi, un equipo de grandes profesionales que han cortado, cosido y confeccionado mi novela, demostrándome desde el primer día afecto y simpatía.

Mención particular para Francesco Gungui, mi editor, que ha puesto en riesgo su salud mental para tratar de orientarse en el vastísimo laberinto de Multiversum. Ambos sabemos dónde comenzó todo. En un restaurante, cuando esta novela no existía en absoluto y él aún no trabajaba en aquella redacción. Aquel encuentro no fue una casualidad. Nunca lo es.

Expreso mi agradecimiento, además, a todos aquellos que nos han ayudado en la fase de editing, leyendo el libro y aportando valiosas ideas: Andrea y Stefano Brambilla, Eleonara Giupponi y Claudia Erba, Mirko Cioffi, Veronica Volpe, Giulia Forcolini y los colegas Francesco Falconi, Asia Greenhorn y Simona Toma.

Muchas gracias también a algunos amigos que en estos últimos han soportado mis locuras narrativas, mis argumentos y las ideas estrafalarias que tomaban forma, poco a poco, en mi cabeza. La «pandilla de Port Royal»: Matun, Ema, Mayer, Gió, Fra y Vlad.

Para concluir, mi gratitud para la persona que me ha cambiado la vida. Es mi psicóloga, mi editora, mi primera lectora, mi enfermera, y podría continuar hasta el infinito.

Un día decidió tenderme la mano y caminar juntos, en esta parte del Multiverso. La amo de veras, como dice Luca Carboni. Gracias, Valeria.

PD: ¡En un universo paralelo, doy las gracias también a todos aquellos a los que lamentablemente he olvidado en esta lista!