FUNDIDO DE ENTRADA.
INTERIOR; SALÓN; NOCHE.
JEFF MCDOWELL y su esposa DENISE, una pareja atractiva más cerca de los cuarenta años que de los treinta, están acurrucados en el sofá viendo la televisión. Ella está cansada, pero contenta; él, absorto en la pantalla. En las caras se refleja la luz del televisor. El mobiliario es ecléctico y cómodo, ni caro ni extremadamente elegante. Se ve una chimenea flanqueada de estanterías repletas de revistas y libros de bolsillo muy sobados, con las esquinas dobladas. Fuera de plano se oye un diálogo de El enigma… de otro mundo: «¿Y si eso puede leer nuestros pensamientos?». «Pues como lea los míos, se va a enfadar mucho.» JEFF sonríe. Detrás de ellos vemos a MEGAN, su hija de cinco años, que entra en el salón.
MEGAN
Papá, tengo miedo.
Cuando MEGAN se acerca al sofá, DENISE se incorpora. La niña se sube al regazo de JEFF.
JEFF
Pero, bueno, si no es más que una zanahoria del espacio.
¿Te dan miedo las plantas? (Pausa; sonríe). Pero ¿qué haces aquí? ¿Por qué no estás en la cama?
MEGAN
Hay un hombre en mi habitación.
DENISE Y JEFF SE MIRAN. JEFF PONE EN PAUSA LA PELÍCULA.
DENISE
Has tenido una pesadilla, cielo.
MEGAN (Tozuda).
¡No es verdad! Lo he visto, mamá.
JEFF (A DENISE).
Me toca a mí, ¿verdad?
JEFF COGE A SU HIJA EN BRAZOS Y SE DIRIGE A LA ESCALERA.
JEFF (Alegre y tranquilizador).
Bueno, vamos a ver quién está asustando a mi niña, ¿eh?
(Aparte, a DENISE). Si puede leerme el pensamiento, se va a enfadar de verdad.
CORTE A INTERIOR; HABITACIÓN DE MEGAN.
JEFF abre la puerta y entra. Es la típica habitación desordenada de una niña de cinco años: muñecos, juguetes, una camita… Un enorme animal de peluche está tirado en un rincón. La única luz procede de una lamparita en forma de personaje de dibujo animado. MEGAN señala.
MEGAN
Estaba ahí. Estaba mirándome, papá.
SUBJETIVO DE JEFF.
Al pie de la ventana ve una forma que parece de verdad un hombre sentado en una silla que los observa.
VUELTA A LA ESCENA.
JEFF ENCIENDE LA LUZ DEL TECHO, Y EL HOMBRE DE LA SILLA RESULTA SER UNA PILA DE ROPA.
JEFF
Ya lo ves, MEGAN: no es nada.
MEGAN
Había un hombre, papá. Me ha asustado.
JEFF LE REVUELVE EL PELO A SU HIJA.
JEFF
Era una pesadilla, MEGAN. Una niña tan mayor no se asusta de una pesadilla de nada, ¿a que no?
La lleva a la cama y la arropa. MEGAN no parece muy convencida; no tiene ningunas ganas de quedarse sola.
JEFF
¿Sabes guardar un secreto?
MEGAN asiente con aire solemne.
JEFF (En tono de complicidad).
Cuando era pequeño tenía muchísimas pesadillas. Y había monstruos.
MEGAN (Con ojos como platos).
¿Monstruos?
JEFF
En el armario, debajo de la cama, en todas partes. Pero cuando mi padre me enseñó el truco secreto, dejé de tenerles miedo. (Le susurra al oído). ¡Los monstruos no pueden hacerte nada si te escondes bajo la manta!
MEGAN
¿No?
JEFF (Firme y serio).
Esas son las normas. Hasta los monstruos tienen que respetarlas.
MEGAN TIRA DE LA MANTA Y SE ESCONDE DEBAJO, RISUEÑA.
JEFF
Esa es mi niña. (Levanta la manta y le hace cosquillas). Pero las mantas no sirven para esconderse de papá.
Forcejean de broma. Luego, JEFF le da un beso y vuelve a arroparla.
JEFF
Ahora, a dormir. ¿Queda claro?
MEGAN asiente y vuelve a esconderse debajo de la manta. JEFF sonríe, va hacia la puerta y se para a echar una ojeada antes de apagar la luz.
SUBJETIVO DE JEFF.
La habitación, la cama, el pequeño bulto de MEGAN acurrucado bajo las mantas, los juguetes desparramados. Apaga la luz.
CORTE REPENTINO A INTERIOR; CHOZA EN VIETNAM; NOCHE.
Todo es igual, y al mismo tiempo, distinto, grotescamente distinto. Las paredes y el techo son de juncos; el suelo, de tierra. La disposición de los objetos es un eco distorsionado de la habitación de MEGAN. La luz que entra por la ventana procede de una hoguera, no de una farola. En un rincón oscuro, en lugar del peluche hay un cuerpo desplomado. Cada juguete, cada objeto de la habitación de MEGAN tiene una réplica en el mismo lugar: ollas y sartenes, una muñeca de trapo, una pistola, etcétera. La cama es un lecho de paja, y se adivina una figura infantil tendida en ella y, en lugar de con una manta, tapada con un harapo con una gran mancha oscura. Se oye el grito ahogado de JEFF. La escena de Vietnam tiene que ser muy breve, casi subliminal, hasta que JEFF vuelve a encender la luz.
CORTE REPENTINO A HABITACIÓN DE MEGAN.
Igual que antes. No hay nada fuera de lo normal.
PRIMER PLANO DE JEFF.
Desorientado, confuso, sigue mirando durante un instante y niega con la cabeza.
VUELTA A LA ESCENA.
JEFF vuelve a apagar la luz. Esta vez no pasa nada. Cierra la puerta despacio, y lo seguimos por la escalera.
SALÓN.
DENISE, con unas gafas enormes en la punta de la nariz, hojea unos documentos legales. Levanta la mirada hacia JEFF y percibe algo en su expresión que le hace apartar los papeles.
DENISE
¿Qué te pasa? Pareces un muerto viviente.
JEFF (Todavía alterado).
No es nada. Me pareció que… Bah, es absurdo. Se ve que de tal padre, tal hija. (Risa forzada). El «hombre» era un montón de ropa en una silla.
DENISE
Tiene tu misma imaginación.
JEFF
Y yo que pensaba que la había perdido.
DENISE
Pero ¿está tranquila?
JEFF se sienta, coge el mando a distancia y vuelve a poner la película justo a tiempo para el discurso: «Seguid vigilando el cielo».
JEFF
Claro.
CORTE A HABITACIÓN DE MEGAN.
La niña está acurrucada debajo de las mantas a la luz tenue de su lamparita. Se oye su respiración, suave y regular. La cámara se acerca lentamente con el sonido apagado de una silla de ruedas sobre un suelo de madera.
PRIMER PLANO DE MEGAN.
Una sombra se cierne sobre ella. La niña no se agita, ni siquiera cuando entra en escena la mano de un hombre, coge un extremo de la manta y la destapa con una lentitud de mal agüero.
FUNDIDO DE SALIDA.
FUNDIDO DE ENTRADA.
INTERIOR; AULA; AL DÍA SIGUIENTE.
Un aula universitaria. Una veintena de estudiantes atienden y toman apuntes mientras JEFF pasea frente a ellos, hablando y jugueteando con un trozo de tiza. En la pizarra se lee: «NY JOURNAL - HEARST» y «NY WORLD - PULITZER».
JEFF
… cuando Remington se quejó de que allí no había ninguna guerra, se comenta que Hearst le telegrafió esta respuesta: «Usted deme las imágenes, y yo les daré la guerra». Se trata probablemente de una anécdota ficticia, pero resulta indudable la influencia de la prensa sensacionalista en la exaltación del fervor bélico.
Un estudiante moreno y malhumorado con pinta de deportista interrumpe a JEFF a media explicación.
DEPORTISTA
Por lo menos estaban de nuestra parte.
JEFF HACE UNA PAUSA, LO MIRA Y SE SIENTA EN EL BORDE DE LA MESA.
JEFF
¿Quiere comentar algo, Mueller?
DEPORTISTA (Señalando la pizarra).
Esos tíos, por lo menos, apoyaban a los nuestros. La verdadera prensa sensacionalista es la que desprestigió todo lo que hicimos en Vietnam.
JEFF (Con sequedad).
Será que no todas las guerras son tan taquilleras como la peli de tiros que nos vendió Hearst.
DEPORTISTA
Ya, sí, pero esa por lo menos la ganamos. También podíamos haber ganado en Vietnam.
JEFF
Yo no estaría tan seguro, Mueller. Concéntrese más en el texto, y menos en Rambo.
La clase estalla en carcajadas, pero el DEPORTISTA tiene una expresión resentida. Antes de que JEFF reanude la clase, suena el timbre que anuncia el final. Los estudiantes se levantan y recogen sus libros.
JEFF
Recuerden que, para la semana que viene, tienen que preparar el capítulo doce del libro de Emery.
Deja la tiza y guarda los papeles en un maletín mientras salen los estudiantes. El DEPORTISTA se queda rezagado para estar a solas con él. Se acerca a la mesa. Es de constitución más grande que JEFF, quien en ese momento cierra el maletín y lo mira.
DEPORTISTA
¿Y dónde estaba usted durante lo de Vietnam, señor McDowell?
Los dos se miran fijamente durante largos momentos. Es JEFF quien aparta la mirada a la hora de responder.
JEFF (Con brusquedad).
En la universidad, pero eso no es asunto suyo.
Lo esquiva y se va, caminando más deprisa de lo necesario, mientras el Deportista lo sigue con la mirada.
CORTE A EXTERIOR; APARCAMIENTO DE LA GUARDERÍA; DÍA.
DENISE y MEGAN salen de la guardería y cruzan el aparcamiento en dirección a su Volvo. DENISE, que vuelve del trabajo, lleva un traje de corte elegante y un maletín. Cuando abre el coche, se oye el sonido de una silla de ruedas.
PLANO DE DENISE DESDE EL HOMBRO DEL VETERANO.
En primer plano se ve el hombro y la cabeza de un hombre que está de espaldas. DENISE saca el coche y gira en dirección a la cámara.
PLANO DESDE EL COCHE.
Al pasar hay una rápida visión de un hombre sin piernas en silla de ruedas, el Veterano, que lo sigue con la mirada. Barbudo, de pelo largo, con los pantalones sujetos con alfileres a la altura del muslo y una chaqueta informe de un verde oliva apagado, sin ninguna insignia. No se le ve bien la cara.
PRIMER PLANO DE MEGAN.
Mira por la ventanilla y ve al Veterano. No lo pierde de vista hasta que doblan una esquina.
CORTE A EXTERIOR; CASA DE LA FAMILIA MCDOWELL; TARDE.
DENISE aparca el coche a la entrada de la casa, detrás del sencillo Datsun de JEFF. Es una vivienda de dos pisos en una urbanización de las afueras: acogedora, decente, en un buen barrio, pero no especialmente grande ni cara; un agradable hogar de clase media.
CORTE A INTERIOR; COCINA.
DENISE y MEGAN encuentran a JEFF preparando una ensalada mientras, por el rabillo del ojo, ve el telediario en el pequeño televisor de la encimera. El presentador está leyendo una noticia sobre El Salvador. JEFF tiene al alcance de la mano una botella de vino y un vaso a medias. JEFF se vuelve cuando entran.
JEFF
Carne asada con patatas, ensalada y vino. (Da un beso a MEGAN). Para ti no: tú tomas leche. (A DENISE). ¿Qué te parece?
DENISE
La vuelta al paraíso. (A MEGAN). Ve a lavarte, cielo.
MEGAN SUBE CORRIENDO LA ESCALERA.
DENISE
Bueno, ¿qué ha pasado?
JEFF
¿Por qué crees que ha pasado algo?
DENISE LE DEDICA UNA SONRISA COMPUNGIDA, COGE LA BOTELLA DE VINO Y LA AGITA PENSATIVAMENTE.
DENISE
Hay pistas, Sherlock: la última vez que abriste un vino fue el día que te dieron un golpe en el coche en el aparcamiento de la universidad. ¿Qué ha sido esta vez?
JEFF está a punto de negarlo, pero se encoge de hombros. DENISE lo conoce demasiado bien.
JEFF
Esta mañana, en clase, un estudiante me ha preguntado dónde estuve cuando lo de Vietnam. (Pausa, cara de fastidio). Le he dicho que en la universidad.
DENISE
Es cierto; me acuerdo porque estaba contigo.
JEFF
He omitido el detalle de que era una universidad de Canadá.
DENISE
Ni que fuera asunto suyo.
JEFF
Eso es exactamente lo que le he dicho yo, pero durante un instante me he sentido… (Pausa, vacilación). No sé, culpable, es como si hubiese hecho algo mal. Qué tontería.
Abre el horno y pincha el asado con un trinchante.
JEFF
Bueno, no muge, así que debe de estar listo.
CORTE A INTERIOR; COMEDOR.
DENISE ESTÁ SIRVIENDO LA ENSALADA MIENTRAS JEFF TRAE EL ASADO EN UNA FUENTE. MEGAN TODAVÍA NO HA VUELTO. DENISE SE ACERCA A LA ESCALERA Y LA LLAMA.
DENISE
¡MEGAN! Baja, cariño. Ya está la cena.
Al cabo de un momento se oye una puerta que se cierra, y baja MEGAN. DENISE la coge de la mano y frunce el ceño.
DENISE
MEGAN, no te has lavado.
MEGAN
El hombre estaba arriba, mamá. Me ha hablado.
DENISE (Molesta).
No me digas. Venga, a lavarte para la cena.
Las seguimos por la escalera hasta el baño. De rodillas, con una toallita, DENISE se pone a limpiar a MEGAN una mancha que tiene en la cara.
DENISE
Cielo, está bien jugar a imaginar cosas, pero no hay que echarle la culpa a nadie cuando eres tú la que se olvida de algo.
MEGAN
No me estoy imaginando nada, mamá.
DENISE
Así, ya está mejor.
Deja la toalla, mira a MEGAN en el espejo y luego sonríe. La cámara enfoca más de cerca el reflejo cuando DENISE levanta la mirada: justo detrás de ellas se ve la puerta del baño, y fuera, en el pasillo, sentado en la silla de ruedas, está el Veterano. DENISE se vuelve con cara de susto.
CORTE A COMEDOR.
JEFF coge una patata asada y se quema. Con el rostro crispado, la suelta en un plato y entonces se oye gritar a DENISE fuera de plano. Sale disparado escaleras arriba.
PLANO DE JEFF.
En la escalera; casi se choca con DENISE.
JEFF
¿Qué sucede?
DENISE (Fuera de sí).
¿Dónde está? ¿Lo has visto pasar?
JEFF (Confuso).
¿Qué? ¿Si he visto pasar a quién?
DENISE
Al hombre en la silla de ruedas. (Impaciente al percibir la confusión de JEFF). Estaba allí, en el espejo… Es decir, en el pasillo, pero lo vi reflejado en el espejo, y entonces…
¡Tiene que haber pasado a tu lado!
JEFF (Desconcertado).
¿Un hombre en silla de ruedas?
Coge a DENISE por los hombros e intenta calmarla.
JEFF (Seguido).
Cariño, creo que, si hubiera pasado un hombre en silla de ruedas, me habría dado cuenta. Además, ¿me podrías explicar cómo demonios iba a bajar con la silla por la escalera?
DENISE mira boquiabierta la estrecha escalera y se da cuenta de que JEFF tiene razón, pero está convencida de haber visto al Veterano; se siente muy confusa.
DENISE
Estaba ahí, de verdad. Si no ha bajado por aquí…
Se da media vuelta, temiendo que siga arriba. MEGAN aparece tranquilamente en lo alto de la escalera. No está asustada.
MEGAN
Ya se ha ido, mamá.
DENISE LA ABRAZA CON FUERZA.
MEGAN
No tengas miedo, mamá. Es bueno.
PLANO DE JEFF.
Observa a madre e hija mientras se abrazan.
JEFF
No es posible que nadie haya salido de esta casa. ¿Qué diablos está pasando aquí? (Sube la escalera). Sea lo que sea, voy a averiguarlo.
SUBJETIVO DE JEFF.
Llega al piso de arriba, camina por el pasillo alfombrado abriendo las puertas de golpe, mira en las habitaciones, pero no encuentra nada. El baño, el armario de la ropa de la casa, la habitación de MEGAN, el dormitorio de ellos y el otro baño: todo está vacío.
PLANO DE JEFF.
En el dormitorio, enojado, indignado. Vuelve al pasillo, da unos pasos… y se para en seco en la puerta del baño. Se agacha, apoyándose en una rodilla, y extiende la mano para tocar el suelo.
PLANO DE LA ALFOMBRA.
JEFF SIGUE CON EL DEDO LA MARCA CLARA E INCONFUNDIBLE DE UN NEUMÁTICO DE SILLA DE RUEDAS EN LA TUPIDA ALFOMBRA.
JEFF
Pero ¿qué…?
CORTE REPENTINO A PLANO DE UN TERRENO FANGOSO.
Plano equivalente. El movimiento de los dedos de JEFF continúa de la escena anterior, pero la alfombra se ha convertido en barro; las huellas son pisadas, y la manga de JEFF es de un uniforme del Ejército.
EXTERIOR; SENDERO DE LA SELVA; SUBJETIVO DE JEFF.
JEFF levanta la mirada de las huellas. Está en un sendero angosto en la selva vietnamita, cubierto de maleza y rodeado de impenetrable follaje. A pocos pasos hay un soldado de infantería: un muchacho de no más de diecinueve años con el uniforme sucio y un rudimentario vendaje en la cabeza, empapado de sangre. Sostiene un M-16.
SOLDADO
¿Qué pasa, tío?
PLANO DE JEFF.
Se pone en pie, tambaleante. Está en Vietnam, vestido de camuflaje, con un M-16 al hombro. No puede creer lo que está pasando. Lo observa todo, boquiabierto: los árboles, el fusil y a sí mismo.
SOLDADO (Iracundo y atemorizado a la vez).
No flipes conmigo, Hombre del Espacio. Te necesito, tío.
JEFF SE ALEJA DE ÉL CAMINANDO HACIA ATRÁS Y NEGANDO CON LA CABEZA.
JEFF
No. De ninguna manera. No puede ser…
Choca de espaldas contra un árbol y tropieza. Está perdido. Cuando se acerca el soldado, retrocede.
JEFF
¡No te me acerques!
SOLDADO (Confuso).
¿Qué coño te pasa? ¡Soy yo, tío!
Coge a JEFF por los hombros y lo sacude, pero JEFF forcejea. Soldado
Ya basta, tío. Eh, Hombre del Espacio, ¡que soy yo!
PRIMER PLANO DE JEFF.
Mientras lo zarandea el soldado.
SOLDADO (Fuera de plano).
Soy yo, tío. Soy yo, soy yo, soy yo, soy yo…
JEFF GRITA.
CORTE REPENTINO A INTERIOR; PASILLO.
Donde DENISE zarandea a un histérico JEFF por los hombros y le grita.
DENISE
… soy yo, JEFF. ¡Que soy yo! ¡Soy yo!
De repente, JEFF se da cuenta de que ha regresado; se zafa de ella y se aleja marcha atrás, tambaleando y sin resuello.
JEFF
Pero… ¿dónde…? Dios, ¿qué me ha pasado?
DENISE
Te he oído chillar. Cuando he subido, estabas en el suelo y parecías aterrorizado de mí.
JEFF
¡No eras tú! (Pausa, confusión). Quiero decir que no…
DENISE, estaba… aquí, y de pronto ya no… ¡Estaba en Vietnam! (Pausa, continúa al notar la preocupación de DENISE). Ya lo sé: no tiene sentido. No tiene ningún sentido.
DENISE (Titubeante).
Puede que…, no sé, que hayas… ¿Como si hubieras revivido algo?
JEFF
¿Cómo coño puede revivirse algo de un sitio donde nunca se ha estado?
DENISE
JEFF, tengo miedo.
JEFF LA ABRAZA.
JEFF
No eres la única.
FUNDIDO ENCADENADO.
INTERIOR; DORMITORIO; AVANZADA LA NOCHE.
Han tomado la cena recalentada y han acostado a MEGAN, pero JEFF sigue visiblemente conmocionado. DENISE está sentada en la cama, en pijama, apoyada en las almohadas apiladas contra el cabecero estantería. JEFF, todavía vestido, está junto a la ventana mirando afuera, dándole la espalda.
JEFF (Con desaliento).
Tengo que marcharme.
DENISE
¿Marcharte? No digas locuras, JEFF.
JEFF (Se vuelve para encararla).
¿Locuras? ¿Qué es una locura? Un hombre en silla de ruedas deja huellas en mi alfombra y se esfuma en el aire: a eso llamo yo locura. Estoy en la habitación de MEGAN y de repente aparezco en una choza en Vietnam: a eso lo llamo locura. Pero ha ocurrido; todo eso ha ocurrido.
(Pausa y prosigue con seriedad.) DENISE, ¿no te das cuenta? Sucede por mi culpa. No sé qué pasa, pero yo soy la causa.
DENISE
Tú no has hecho nada…
JEFF (La interrumpe).
¿No? Pues a mí se me ocurre una cosa. Me reclutaron, pero preferí marcharme a Canadá. Y ahora… (Abatidoy confuso). Ahora es como si estuviera pasándome factura.
Quizá Vietnam era mi destino; tal vez hubiese tenido que morir allá; a lo mejor ese fantasma sin piernas es el tipo que fue en mi lugar o alguien que murió porque yo no estaba allí.
Se gira para mirar otra vez por la ventana.
DENISE
Es el sentimiento de culpa quien habla, no tú. ¿Y por qué? Dijiste que no a una sucia guerra no declarada. Ayudaste a pararla, maldita sea, y lo sabes.
JEFF
Lo único que sé es que tengo que marcharme. Si me voy, puede que MEGAN y tú quedéis a salvo.
DENISE se levanta de la cama, va hasta la ventana y abraza a JEFF, pero él no se vuelve.
DENISE
JEFF, por favor. No sé qué está pasando, pero podemos hacerle frente juntos.
PRIMER PLANO DE JEFF.
Preocupado, pero enternecido. En realidad no quiere marcharse.
JEFF
Puede que tengas razón.
Se da la vuelta para besarla.
CORTE REPENTINO A INTERIOR; BURDEL; NOCHE.
Al volverse, JEFF se encuentra en la habitación de un burdel de Saigón, con una joven prostituta vietnamita que lo abraza esperando un beso. La luz que entra por la ventana es roja, estridente. JEFF grita y aparta bruscamente a la chica, que tropieza y cae.
JEFF
No. ¡No! Otra vez no.
Retrocede y sale como un loco de la habitación mientras la mujer se levanta.
CORTE A EXTERIOR; CASA DE LA FAMILIA MCDOWELL; NOCHE,
JEFF arranca el Datsun, da marcha atrás y se aleja ruidosamente. DENISE sale corriendo de la casa, envuelta en un albornoz que se le enreda en las piernas, gritando para que se detenga.
DENISE
¡JEFF! ¡JEFF! ¡Espera!
El coche desaparece por la esquina con un chirrido, y DENISE se queda temblando, sumida en la desesperación.
SALTO TEMPORAL A INTERIOR; DESPACHO DE DENISE; AL DÍA SIGUIENTE.
En un ajetreado bufete, DENISE, que trabaja de abogada, repasa unos informes en su cubículo privado de paredes de cristal. Su expresión deja claro que está abatida, triste y preocupada. Hay una llamada por la línea interna; DENISE coge el teléfono.
DENISE
Dime, Susan.
SUSAN (Fuera de plano).
Tu marido, por la cinco.
DENISE
Gracias. (Ansiosa, pulsa el botón del teléfono.) ¿JEFF?
¿Dónde has estado? Me tenías preocupadísima.
En el teléfono se oye la voz de JEFF, enronquecida, áspera. Suena nervioso e inseguro.
JEFF (Fuera de plano).
¿DENISE? ¿Eres tú?
DENISE
Claro que soy yo. ¿Dónde estás? ¿Te encuentras bien?
Tienes la voz rara.
JEFF (Fuera de plano).
¿Rara? (Pausa). Estoy… bien, Denny. ¿Qué tal estás tú?
DENISE
¿Denny? No me llamabas así desde el instituto. ¿Qué pasa?
JEFF
Es que… necesito verte, Denny. Será solo un momento.
Estoy en casa. Quiero verte.
DENISE
Voy enseguida.
Oye el clic del teléfono; han colgado. Se levanta, mete sus cosas apresuradamente en el maletín y sale a la recepción. Se para junto al mostrador.
DENISE
Susan, me voy a casa. Pídele a Fred que me sustituya esta tarde.
SUSAN
Claro. Espero que no sea por nada malo.
DENISE ASIENTE MUY SERIA Y SALE.
CORTE A INTERIOR; COCHE DE DENISE.
Conduce a casa con la preocupación reflejada en el rostro.
CORTE A BUFETE.
Recepción. Susan acaba de colgar el teléfono cuando entra JEFF, demacrado y sin afeitar, con la misma ropa de la noche anterior. La sorpresa de Susan es evidente.
JEFF (Cansado, avergonzado).
Hola, Susan. ¿Está DENISE?
SUSAN
Se ha marchado hace unos cinco minutos, después de que llamaras.
JEFF
¿Después… de que llamara? Yo no he llamado.
SUSAN
Ya lo creo que sí. Yo misma le he pasado la llamada, no hace ni diez minutos. A estas alturas, creo que conozco tu voz.
JEFF (Sosteniéndole la mirada, con miedo y aprensión crecientes).
¡Dios mío!
Da media vuelta y sale corriendo del despacho.
CORTE A EXTERIOR; CASA DE LA FAMILIA MCDOWELL; DÍA.
DENISE APARCA EL COCHE Y SE DIRIGE A LA PUERTA DE LA COCINA.
INTERIOR; COCINA.
ENTRA DENISE.
DENISE (Llamando en voz alta).
¿JEFF? Ya estoy en casa.
No hay respuesta. DENISE frunce el ceño. La seguimos por la cocina y hacia el salón.
DENISE
¿JEFF? ¿Estás aquí?
Un largo silencio, hasta que llega la voz de JEFF desde el piso de arriba. Sin embargo, no parece su voz: tiene un tono más duro, rasposo, con un deje de amargura. Y suena débil, un poco amortiguada, como si le costase esfuerzo hablar.
VETERANO
¿Denny? Estoy aquí…
DENISE sube las escaleras y camina por el pasillo.
DENISE
¿JEFF?
VETERANO
Estoy aquí.
La voz sale del dormitorio. DENISE entra. La habitación está a oscuras, con las cortinas cerradas.
DENISE
¿Cariño?
Silencio. Va a la ventana y abre las cortinas. Cuando la luz inunda la habitación, la puerta se cierra de golpe, y DENISE se vuelve rápidamente.
SUBJETIVO DE DENISE.
El Veterano, sin piernas, con uniforme militar, está sentado en la silla de ruedas, interceptando la única salida. Permanece en escena largos momentos y nos damos cuenta de que se trata de JEFF Mcdowell, un JEFF Mcdowell demacrado y de mejillas chupadas, cuya barba desaliñada no oculta su mala salud. Su forma de hablar es más brusca y más grosera; este JEFF se ha educado en Vietnam y en hospitales de Veteranos, no en aulas y universidades. Tiene los ojos hundidos, y la mira como un famélico que contemplase un banquete.
VUELTA A LA ESCENA.
DENISE ESTÁ ATERRORIZADA HASTA QUE LO RECONOCE.
DENISE (En un susurro acongojado).
¿JEFF?
El Veterano esboza una sonrisa tímida y vacilante. Parece casi tan asustado como ella.
VETERANO
Me llaman Hombre del Espacio. Me lo pusieron en Vietnam, por las películas que me gustaban. (Pausa). Qué guapa estás, Denny. Incluso más que entonces…, cuando estábamos juntos.
Ella se aleja y sacude la cabeza.
DENISE
Esto no está pasando… JEFF… Qué digo: tú no eres JEFF; no puedes ser JEFF.
El Veterano se acerca a ella con la silla.
CORTE A EXTERIOR; AUTOPISTA; DÍA.
El coche de JEFF avanza como un bólido entre el tráfico de la autopista, cambiando constantemente de carril en el afán por llegar a casa. Toma una salida y acelera por una calle de la urbanización.
INTERIOR; COCHE DE JEFF.
Conduce con una expresión lúgubre y resuelta, y algo asustada.
CORTE AL DORMITORIO.
El Veterano se acerca a DENISE con la silla, mientras ella se aleja de él.
VETERANO
¿Quieres ver mi placa de identificación? Soy JEFF McDowell, tanto como él. Ponme a prueba, anda; te contestaré a todo. Nos conocimos en el instituto cuando trabajábamos en el periódico. Tus padres se llaman Pete y Barbara.
La primera vez que lo hicimos fue en tu sofá, una noche en que salieron a cenar para celebrar su aniversario y me invitaste a ver La guerra de los mundos en tu televisor en color. Tienes una marca de nacimiento, de unos tres centímetros, en la parte interna del muslo…
DENISE (Interrumpiéndolo).
Dios mío…, eres JEFF. Qué… Qué…
VETERANO (Mirándose las piernas cortadas).
¿Qué ocurrió? ¿Es eso lo que preguntas? Fue Vietnam, Denny. Vietnam, el sorteo de reclutamiento y una mina.
DENISE
No llegaste a ir a Vietnam. Te marchaste a Canadá. Nos fuimos juntos a Canadá; nos casamos allí. Diste clase allí hasta que llegó la amnistía.
VETERANO (Con una risa amarga).
Sigo esperando mi amnistía particular.
DENISE
¿Cómo…? ¿Cómo has llegado aquí? ¿De dónde has salido? ¿Y por qué? ¿Qué quieres de nosotros?
VETERANO
Tan solo pretendo…
Antes de que termine, se oye en el exterior el sonido chirriante de unos frenos.
CORTE A EXTERIOR; CASA DE LA FAMILIA MCDOWELL; DÍA.
El Datsun de JEFF chirría al frenar en seco a la entrada, detrás del Volvo de DENISE. JEFF abre la puerta y entra.
INTERIOR; SALÓN.
JEFF IRRUMPE POR LA PUERTA DE LA COCINA.
JEFF (A gritos, fuera de sí).
¡DENISE! ¿Dónde estás? ¡¡¡DENISE!!!
Mira a su alrededor y coge un atizador de la chimenea.
CORTE AL DORMITORIO.
DENISE LE OYE GRITAR.
DENISE (A gritos).
¡JEFF! Aquí, arriba.
VETERANO
Denny, por favor. No tengo…
DENISE (Más alto).
¡JEFF!
Los pasos de JEFF retumban en la escalera y enseguida se abre la puerta de sopetón. JEFF entra blandiendo el atizador. El Veterano se vuelve con la silla y retrocede.
JEFF
¡Apártate de ella! Déjala en paz…
JEFF se queda petrificado al comprender lo que ve. Lo mira de hito en hito.
JEFF (En voz baja).
Eres… yo.
VETERANO (En voz queda y cansada).
Premio.
JEFF
Esto no puede ser verdad; tiene que ser…
VETERANO (Interrumpiendo).
¿Un sueño? Sí, claro. Pero ¿eres tú quien sueña conmigo, o yo quien sueña contigo? (Pausa). Me importa una mierda. Creo que los dos somos reales. Creo que, allá por 1971, llegamos a una bifurcación en el camino; tú seguiste por un lado, y yo, por el otro. Y llegamos a… sitios diferentes.
Lentamente, JEFF baja el atizador. Tiene el rostro pálido y está muy asustado.
JEFF
Entonces…, esas vivencias que me venían… eran…
VETERANO (Con una sonrisa malhumorada).
Eran mías, chaval. Son parte de lo que llevo a cuestas; supongo que viajan conmigo. Pero, claro, tú y yo somos la misma persona, ¿no? Sentía… como si se me escaparan, pero no había forma de evitarlo. Nos hemos acercado demasiado.
DENISE
JEFF…
Los dos la miran.
DENISE (Prosigue, con dificultad).
Perdón… Hombre del Espacio…, en tu camino…, ¿qué ocurrió con…?
VETERANO
¿Con nosotros, Denny? ¿Contigo y conmigo?
DENISE asiente.
VETERANO
Moriste en un accidente de moto mientras estaba en Vietnam. El tío que te llevaba no creía en los beneficios de usar casco.
DENISE se aleja; parece mareada. El Veterano tiene la mirada perdida en algún recuerdo, y cuando prosigue, su voz suena muerta, vacía, preñada de dolor.
VETERANO
Todo el tiempo que pasé allí creí que iba a volver, te buscaría y arreglaríamos lo nuestro…, hasta que recibí aquella carta de tu madre. (Pausa, prosigue con dificultad). Me faltaba poco, tío. Me faltaba muy poco. Tenía que haberlo sabido, pero no podía pensar, tenía la cabeza en otro lado. Hay que estar alerta. Me di cuenta cuando la pisé, por el ruidito, el clic ese. (Los mira). Esas minas… no explotan cuando las pisas, ¿sabéis?, sino cuando levantas el pie. Los demás me miraban. Les dije que se largaran, y fueron apartándose uno a uno, pero no paraban de mirarme, tenían los ojos clavados en el muerto que estaba allí quieto gritándoles. Hasta cuando salieron del radio de alcance, seguía sin poder moverme.
Y me miraban, todos me miraban, y al final no pude más.
Y salté. (Risa amarga). Nunca se nos dio bien saltar lejos, ¿eh, JEFF?
PRIMER PLANO DE JEFF.
Hay un instante de profundo silencio.
JEFF
Los salvaste. Les salvaste la vida.
VUELTA A LA ESCENA.
VETERANO
Sí. Me dieron una medalla.
JEFF
Tú los salvaste. (Les da la espalda). Yo, no. Es eso, ¿verdad? Yo no estuve allí.
Lanza violentamente el atizador contra una pared y vuelve a encararse con ellos, enfadado.
JEFF
Está bien: soy culpable. Soy culpable de escoger… el otro camino. Pero si alguien tiene que… pagar, soy yo; DENISE y MEGAN no tienen nada que ver. No sé qué has venido a hacer, pero a ellas déjalas en paz.
PLANO DF. DENISE.
Escucha a JEFF, asustada y horrorizada.
DENISE
¡No! (Mira al Veterano). Me fui con él a Canadá, tomamos la decisión juntos. Soy parte de él y de todo lo que le pase.
PLANO DEL VETERANO.
Tras una larga pausa, sonríe con dulzura.
VETERANO
Ya lo sé. Por eso te quería, Denny. (A JEFF). No lo entiendes, tío. ¿Crees que les haría daño? ¿A ellas? (Se ríe). Y luego dicen que los Veteranos estamos locos.
VUELTA A LA ESCENA.
JEFF
Entonces… ¿Por qué? ¿A qué has venido?
VETERANO
Buena pregunta. (Esboza una sonrisa macabra). Estoy muriéndome, tío.
DENISE
Dios mío…
VETERANO
Los médicos nunca te cuentan nada, pero lo veo venir.
Me da igual. Hace mucho tiempo que perdí todo lo que me importaba: las piernas, mi chica, mi futuro… Hasta a JEFF; al Hombre del Espacio… Bah, a ese solo le quedan recuerdos que preferiría olvidar. (Pausa). Estaba en el hospital de Veteranos, esperando que todo acabara, y no dejaba de pensar en Denny, ¿sabes? Me preguntaba qué habría pasado si hubiera elegido otro camino. Supongo que… me imaginaba a mí mismo aquí, ¿eh? (Se ríe). Siempre me han gustado los fantasmas, pero nunca pensé que acabaría convertido en uno.
El Veterano gira la silla para ponerse frente a JEFF.
VETERANO (Continúa).
Lo único que quería… era verlas. (Pausa, sonríe). Lo has hecho muy bien, McDowell.
JEFF niega en silencio, a todas luces consumido por la culpa. Está sano y cuerdo, pero al mismo tiempo es el hombre de la silla, y la duda le corroe el rostro.
JEFF
Tú eres quien lo hizo bien. Yo no estuve allí…
Incapaz de mirar a la cara a su réplica tullida, JEFF se vuelve.
VETERANO (En voz baja).
Yo tampoco estuve donde tenía que estar. No estuve con DENISE. No estuve con MEGAN.
El Veterano lleva la silla hasta la cómoda, coge una fotografía enmarcada de MEGAN y la contempla fijamente.
VETERANO (Continúa).
Si eres capaz de coger en brazos a tu niña y pensar, aunque solo sea un segundo, que has hecho algo mal, es que eres el hombre más tonto de la tierra. Créeme, JEFF: no te has perdido nada.
PLANO DE JEFF.
Se vuelve, dándose cuenta de lo que ha dicho el Veterano, de la verdad innegable que encierran sus palabras. Tiene un nudo en la garganta. DENISE se acerca, en silencio. Se abrazan.
VETERANO
Me parece… que es hora de irme.
DENISE se gira hacia él.
DENISE
No tienes que irte. Puedes quedarte si quieres.
VETERANO (Con tristeza).
No, no puedo. Por lo menos, me llevo un par de recuerdos, ¿eh?
JEFF reacciona de repente; se le ha ocurrido algo.
JEFF
Las vivencias… (Pausa). Tú y yo somos la misma persona. Tiene que funcionar en los dos sentidos. (Pausa, prosigue con decisión). Yo también tengo recuerdos.
Quizá si nos tocásemos, o…
Da un paso adelante, pero el Veterano retrocede con la silla, apartándose de él.
VETERANO
¡No! No sabes de qué hablas.
JEFF (En voz queda y compasiva).
Hablo del día en que me casé con DENISE, de nuestra luna de miel, del día en que nació MEGAN.
VETERANO (Con amargura).
No funciona en un solo sentido, JEFF. Piensa en lo que te llevarás tú a cambio. Recordarás cómo morían a tu alrededor. Los hospitales, los años en la silla de ruedas. (Pausa). Te acordaras de cuando estabas ahí parado mientras todos se apartaban; los ojos, todos los ojos fijos en ti. No volverás a dormir bien, y a veces te despertarás gritando.
JEFF duda y mira a DENISE, que asiente. La besa antes de aproximarse al Veterano.
JEFF
No me dan miedo unas cuantas pesadillas. (Sonríe irónico). Siempre puedo esconderme debajo de la manta, ¿no?
Le tiende la mano. El Veterano lo mira fijamente y luego, muy despacio, la toma entre las suyas. JEFF se crispa violentamente, como asaltado por el dolor. El Veterano cierra los ojos, y las lágrimas le corren por las mejillas.
PRIMER PLANO DE DENISE.
Observa.
EL PLANO PASA DE DENISE A LA ESCENA.
Los dos JEFF Mcdowell brillan con una extraña luz verdeazulada, y alrededor de cada uno parpadean fantasmagóricas imágenes residuales. De repente, el JEFF de DENISE parece ir vestido de uniforme; luego lleva una barba larga y desarreglada. El Veterano parece vestir un esmoquin de los años sesenta; luego, ropa de civil. Las perneras del pantalón se le rellenan con unas piernas luminosas y espectrales, pero piernas al fin y al cabo. Abre los ojos, las contempla asombrado y se levanta de la silla.
VETERANO
Parece que los dos somos héroes, ¿eh?
El Veterano, ya en pie, abraza a JEFF, mientras la misteriosa luz juguetea en torno a ellos. Entonces, los dos cuerpos parecen fusionarse y convertirse en uno. El resplandor es tan intenso que DENISE retrocede, cubriéndose los ojos. Cuando el fulgor se apaga, han desaparecido el Veterano y la silla de ruedas, y solo queda el JEFF Mcdowell original. DENISE corre y se arroja a sus brazos, y se abrazan con mucha fuerza. La escena continúa mientras se oye la voz del NARRADOR.
NARRADOR
Tomamos decisiones, y luego nos preguntamos cómo habría sido el otro camino. JEFF McDowell lo averiguó y pagó el peaje. Una lección de coraje y geografía, de los cartógrafos de Más allá de los límites de la realidad.
FIN