Los Ladrones que habían robado un Piano y que no conseguían dividir adecuadamente el botín decidieron recurrir a la ley, y continuaron la disputa mientras pudo cada uno robar un dólar para sobornar al juez. Cuando no tuvieron más que ofrecer, apareció un Hombre Honrado que por una única y reducida suma obtuvo una sentencia favorable y se llevó el Piano a casa, donde lo usó su hija para desarrollar los músculos de los bíceps hasta convertirse en una famosa boxeadora.