Un Lobo que pasaba por delante de una cabaña de Pastores miró y vio a los pastores cenando dentro.
—Acércate —dijo uno de ellos, irónico—, y comparte con nosotros tu plato favorito, pierna de oveja.
—Gracias —dijo el Lobo, alejándose—, pero habéis de disculparme: acabo de comer un cuarto trasero de pastor.