Un Labrador que estaba a punto de morir y que sabía que durante su enfermedad sus Hijos habían permitido que el viñedo se cubriera de malezas mientras jugaban con el médico, les dijo:
—Muchachos, hay un gran tesoro enterrado en el viñedo. Cavad en la tierra hasta encontrarlo.
Y los Hijos cavaron y arrancaron todas las malezas y todas las vides, e incluso se olvidaron de enterrar al viejo.