55. El árbitro indiferente

Dos Perros que habían estado peleando por un hueso, sin que ninguno consiguiera imponerse, llevaron la disputa a una Oveja. La Oveja escuchó con paciencia ambas declaraciones y después arrojó el hueso a un charco.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntaron los Perros.

—Porque —respondió la Oveja— soy vegetariana.