Dos Ranas, en el vientre de una culebra, comentaban su anómala situación.
—Vaya mala suerte que hemos tenido —dijo una.
—Es muy pronto para sacar conclusiones —dijo la otra—; estamos en un sitio húmedo y no nos falta alojamiento ni comida.
—Lo del alojamiento es cierto —dijo la Primera Rana—; pero no veo lo de la comida.
—Tú siempre protestando —explicó la otra—. La comida somos nosotras.