14. La Zarigüeya del Futuro

Un día, una Zarigüeya que había dormido colgada por la cola de la rama más alta de un árbol, despertó y vio a una inmensa Serpiente enroscada en la rama, entre ella y el tronco del árbol.

Si sigo aquí, se dijo la Zarigüeya, la Serpiente me tragará; si me dejo caer, me romperé la crisma.

Pero de repente se le ocurrió que podía fingir.

—Refinada amiga —dijo—, mi instinto maternal reconoce en ti una noble prueba e ilustración de la teoría de la evolución. Tú eres la Zarigüeya del Futuro, el último y más apto sobreviviente de nuestra especie, el maduro resultado del progresivo desarrollo prensil: ¡todo cola!

Pero la Serpiente, orgullosa de su antiguo renombre en la historia bíblica, era estrictamente ortodoxa, y no aceptó el punto de vista científico.