La vida: ente independiente

Así, pues, este cuarto objeto metafísico que podemos indistintamente llamar la vida o la «existencia» va a constituir ahora el término de nuestras reflexiones de esta lección. Y advierten ustedes en seguida que este objeto –la vida– ocupa en la ontología un plano más profundo que cualquiera de las tres esferas objetivas que hemos diseñado anteriormente. Ocupa un plano ontológico más profundo por esta simple reflexión: que cualquiera de esas tres esferas ontológicas –las cosas reales, los objetos ideales, los valores– «están en» la vida; pero ella, la vida, no está en ninguna parte. Por consiguiente, ontológicamente hay una diferencia esencial entre el ente de las cosas reales, el ente de los objetos ideales, el ente de los valores y el ente vida; y es que esos tres primeros entes son entes «en» la vida, mientras que en la vida no es «en», no está «en». Caracterízanse, pues, aquellos tres primeros entes por ser entes que están «en», mientras que la vida es un ente que no está «en». Ahora podríamos expresar esto de una manera mucho más sencilla y clara, diciendo que aquellos tres primeros entes no son independientes; mientras que la vida es un ente independiente. Y ¿qué significa ser independiente? Significa no depender de nada otra cosa; y este no depender de nada otra cosa es lo que siempre en la filosofía se ha denominado absoluto, auténtico. Y entonces diremos que el único ente absoluto y auténtico es la vida, o lo que llama Heidegger la existencia. Ahora les puedo dar a ustedes de golpe la respuesta que la filosofía contemporánea insinúa para el problema metafísico planteado por nosotros al principio de estas lecciones; y además van ustedes a comprender inmediatamente con claridad esa respuesta. El problema metafísico era: ¿quién existe?, ¿qué es lo que existe? Pues ahora la respuesta es muy sencilla: existe la vida; como que la vida es la existencia, la única existencia absoluta y auténtica, puesto que los otros tres tipos de entes, que llamamos cosas reales, objetos ideales y valores, están «en» la vida. Por lo tanto dependen de la vida en cierto modo; están en cierto modo subordinados a la vida.