Llegamos a la tercera categoría de este grupo, que es la idealidad. ¿Qué se entiende por idealidad? Pues, entendemos por idealidad lo contrario de causalidad. ¿Cómo se explica, o mejor dicho, en qué consisten las variaciones temporales de las cosas en el mundo de los objetos reales? Consisten en que se empujan y suceden unas a otras; los hechos de conciencia se suceden unos a otros en la conciencia; los hechos físicos se suceden unos a otros y la causalidad expresa por un lado el carácter óntico de esa sucesión y por otra de sus faces el carácter ontológico de inteligibilidad de esa sucesión. Pero los objetos ideales no se causan unos a otros; el punto no causa la línea; la línea no causa el triángulo; ni el circulo causa la esfera. sino que esos objetos ideales son unos con relación a los otros en una conexión que no es la causal sino que es la de implicarse idealmente, como la conclusión está implicada en la premisa de un silogismo. Esa implicación es lo que llamamos idealidad. De manera que para estudiar los objetos matemáticos no hace falta para nada el concepto de causa; lo único que hace falta, es intuir cómo cada objeto matemático es implicado o implica otros objetos matemáticos en la pureza de su propia definición ideal. Esto es lo que llamamos idealidad, que se opone a la realidad. La realidad, que al principio nos resultó algo difícil de explicar, y que yo expliqué diciendo que era la presencia individual, la realidad está íntimamente ligada con la causalidad. Pero aquí, donde no hay causalidad, la conexión entre los individuos de este grupo de objetos ideales es una conexión ideal. Por eso llamamos a aquellos otros reales, y a éstos ideales; porque habíamos tomado para designarlos aquella categoría óntica típica de la región. En la región anterior, la categoría de presencia individual, causal, efectiva, efectiva en el pleno sentido de la palabra efectiva, por eso los llamábamos objetos reales, de «res», cosa. y a estos, tomando también la categoría más típica y propia de la región, hemos de llamarlos objetos ideales, porque en esta región la tercera categoría de ellos, la idealidad, es propiamente la más característica. Antes de proseguir en el estudio y examen óntico de las otras dos esferas o regiones de la objetividad, conviene unos minutos de detención sobre un problema que en este momento se plantea ya.