Ser

Preguntemos ahora: ¿Cuál es la estructura óntica, cuáles son las categorías ónticas de esta región que llamamos objetos ideales? Y tenemos: La primera es común a esta región con la anterior, y es el ser. Estos objetos son, tienen ser. ¿Qué significa que tienen ser? Pues significa que están en mi mundo, están ahí; no en el mundo de las cosas reales; pero están ahí y yo salgo a buscarlas, lo mismo que puedo ir a buscar a un amigo por la calle. Me echo a buscarlas y las encuentro. Y cuando las encuentro, cuando encuentro uno de esos objetos, me encuentro con un complejo y los pensamientos que yo tengo de ese objeto. Los pensamientos que yo tengo que tener acerca de ese objeto no serán cualesquiera, o caprichosos, sino que serán lo que el objeto sea. Yo, del círculo, no puedo decir lo que quiera. Tengo que decir que los puntos están a igual distancia del centro. Tengo que decir que un hexágono regular inscripto dentro del círculo tiene sus lados iguales al radio. No puedo, pues, decir lo que quiera. Los objetos ideales son y en ese sentido son independientes de mí. No son fenómenos psíquicos, como ha venido creyendo media historia de la filosofía hasta hoy. No son fenómenos psíquicos; ni son vivencias. Necesitaremos quizá vivencias, para aprehenderlos, como el cojo necesita muletas para andar. Necesitaremos probablemente vivencias para ir a esos objetos ideales. Necesitaremos, entre otras vivencias, símbolos. Escribir en un pizarrón una letra V y una barrita y debajo un número tres, que significa «raíz cuadrada de tres». Pero, ¿es ése el objeto ideal? No, ése es el signo con que yo designo ese objeto ideal. Necesitaremos quizá imágenes para pensar en esos objetos ideales. Pero ellos, pensados mediante esas imágenes, son el término mencional, lo mentado por las imágenes, pero no las imágenes mismas. Las imágenes son vivencias, pero el objeto ideal mentado por las imágenes es distinto de las imágenes que lo mentan. Tienen pues estos objetos ideales ser, lo mismo que los objetos reales; pero el ser de estos objetos ideales no es la realidad; y no es la realidad, porque estos objetos ideales –y aquí viene seguidamente la siguiente