Vamos a estudiar la ontología. Y ¿qué significa la palabra ontología? La palabra ontología significa «teoría del ser». Pero esta significación no es absolutamente exacta, en rigor. Ontología, en rigor, no significa «teoría del ser», por que está formada no por el verbo «ser» griego, en el infinitivo, sino por el participio presente de ese verbo. Está formada por el genitivo «ontos», que es el genitivo de «to on»; el genitivo «tou ontos» no significa ser, sino que significa el ente, en el participio presente. Por consiguiente, en rigor, ontología significa teoría del ente y no teoría del ser; y hay una diferencia notable entre teoría del ser y teoría del ente. La palabra ser, el verbo ser, tiene una cantidad muy grande de significaciones. Es enormemente multívoco; tiene una gran variedad de sentidos; y ya Aristóteles decía que el ser se predica de muchas maneras. Entre otras, acabamos de encontrar esa distinción entre el ser en general y el ente. El ser en general será lo que todos los entes tienen de común; mientras que el ente es aquél que es, aquél que tiene el ser. Por otra parte el ser será lo que el ente tiene y que lo hace ser ente. Habrá, pues, que estar predispuestos a encontrar significaciones muy variadas dentro del concepto ser; no sólo estas dos que ya el mero examen filológico de la palabra nos ha hecho descubrir, sino otras muchas y muy distintas. Ontología será todo eso. Será teoría del ente, intento de clasificar los entes, intento de definir la estructura de cada ente, de cada tipo de ente; y será también teoría del ser en general, de lo que todos los entes tienen de común, de lo que los cualifica como entes. Y, para llegar poco a poco y lentamente al corazón mismo de la ontología, ¿qué métodos vamos a seguir? Se nos ofrecen dos. Se nos ofrece en primer lugar, el método del análisis dialéctico de la noción misma de ser. Nosotros podríamos tomar la noción de ser, dirigir a ella nuestra atención e ir separando, por análisis dialéctico, las distintas significaciones de la noción, para compararlas intuitivamente con el conjunto de la realidad y ver hasta qué punto, cómo y en qué sentido cada una de las distintas significaciones de la noción de ser tiene derecho legítimo y está llena de algún sentido y no es simplemente una palabra. Podremos, pues, seguir ese método del análisis dialéctico; pero podríamos también seguir otro método. Ese del análisis dialéctico, por ejemplo, lo siguió divinamente y con una perfección y maestría extraordinaria Aristóteles, en su Metafísica. En uno de los libros de la Metafísica, el libro justamente que empieza diciendo «el ser se dice de muchas maneras», Aristóteles va señalando con una pulcritud y perfección extraordinarias los distintos sentidos en que puede tomarse el ser.