La estética trascendental

Toda esta parte de la Crítica de La Razón pura que acabo de exponer a ustedes, lleva en Kant un hombre extraño: se llama estética trascendental. Y digo que el nombre es extraño, no porque en sí mismo lo sea (verán que está justificado), sino porque la palabra estética tiene hoy un sentido muy popular, muy difundido, que es el que seguramente ustedes han evocado en su espíritu al oírla. La palabra estética significa hoy, para todo el mundo, «teoría de lo bello», «teoría de la belleza»; o si acaso «teoría del arte y de la belleza». Pero adviertan ustedes que la palabra estética en el sentido de teoría de lo bello, es moderna, muy moderna; es aproximadamente de la misma época que Kant. La emplea por vez primera en su sentido de teoría de lo bello, un filósofo alemán, casi contemporáneo de Kant, Baumgarten; pero Kant no tenía por qué tomar esa palabra en el sentido de teoría de lo bello, puesto que era un contemporáneo suyo el que la usaba por vez primera en el mundo en ese sentido. Así es que no la toma en el sentido de teoría de lo bello. Kant la toma en otro sentido muy diferente; la toma en su sentido etimológico. La palabra estética se deriva de una palabra griega que es «aisthesis», que se pronuncia «estesis» y que es sensación; también significa percepción. Entonces ¿qué quiere decir estética? Estética significa: teoría de la percepción, teoría de la facultad de tener percepciones; teoría de la facultad de tener percepciones sensibles y también teoría de la sensibilidad como facultad de tener percepciones sensibles. La palabra trascendental la usa Kant en él mismo sentido que yo ya tantas veces les he dicho a ustedes; en el sentido de condición para que algo sea objeto de conocimiento.