Exposición metafísica del tiempo

La exposición metafísica del tiempo se encamina a mostrar: primero, que el tiempo es «a priori» o sea independiente de la experiencia; segundo, que el tiempo es una intuición, o sea: no una cosa entre otras cosas, sino una forma pura de todas las cosas posibles. La primera parte, o sea que el tiempo es «a priori», la demuestra Kant siguiendo, paso a paso, la misma demostración que empleó para el caso del espacio. En efecto. que el tiempo es «a priori», o sea independiente de la experiencia, se advierte con sólo reflexionar que cualquiera percepción sensible es una vivencia y que toda vivencia es un acontecer, algo que nos acontece a nosotros, algo que le acontece al Yo. Ahora bien; algo que le acontece al Yo, implica ya el tiempo, porque todo acontecer es un sobrevenir, un advenir, un llegar a ser lo que no era todavía; es decir, que ya de antemano está supuesto el cauce, el carril general en donde todo lo que acontece, acontece; o sea, el tiempo. Acontecer significa que en el curso del tiempo algo viene a ser. Por consiguiente. si toda percepción sensible es una vivencia y toda vivencia es algo que sobreviene en nosotros, este algo que sobreviene en nosotros, sobreviene ahora, o sea después de algo que sobrevino antes y antes de algo que va a sobrevenir después: es decir que ya implica el tiempo. Esto se comprueba con el ensayo mental, que Kant nos invita a realizar, y es: que podemos pensar muy bien, concebir muy bien, el tiempo sin acontecimientos, pero no podemos en manera alguna concebir un acontecimiento sin el tiempo. (Del mismo modo que al hablar del espacio, decíamos que podemos concebir el espacio sin cosas en él, pero no podemos concebir cosa alguna que no esté en el espacio). Después de mostrado que el tiempo es «a priori», o independiente de la experiencia, queda por mostrar que el tiempo es también intuición. ¿Qué quiere esto decir? Quiere decir que no es concepto. Ya dije la vez anterior, al hablar del espacio, que concepto es una unidad mental que comprende una multiplicidad de cosas. El concepto de vaso comprende éste y otros muchísimos iguales o parecidos que hay en el mundo. Concepto es, pues, una unidad de lo múltiple. Pero el tiempo no es concepto en este sentido, ni mucho menos; porque no hay muchos tiempos, sino un solo tiempo. Si nosotros hablamos de múltiples tiempos, no es en el sentido de que haya múltiples tiempos, sino en el sentido de trozos, partes de uno y el mismo y único tiempo. El tiempo, pues, es único. La unidad y la unicidad del tiempo lo cualifican como algo de lo cual no podemos tener concepto, sino solamente intuición; nosotros podemos intuir el tiempo, aprehender inmediatamente el tiempo, pero no pensarlo mediante un concepto, como si el tiempo fuese una cosa entre muchas cosas. El tiempo no es, pues, cosa que pueda pensarse mediante conceptos, sino que es una pura intuición. Con esto queda terminada lo que Kant llama «exposición metafísica del tiempo».