Locke

El empirismo inglés se inicia con John Locke. La filosofía en el momento en que viene al mundo filosófico John Locke, es todavía predominantemente cartesiana. Desde luego, el punto de vista idealista es dominante ya en la filosofía; pero no sólo el punto de vista idealista en general, sino que además la concreta solución dada por Descartes al problema metafísico predomina aún en la filosofía europea. Así, el problema metafísico encuentra en esta filosofía la solución substancialista de Descartes. Yo descubro «mi» propio ser como ser pensante; descubro entre mis ideas la idea de Dios, cuya esencia envuelve la existencia; y merced a esta idea de Dios como garantía, afirmo la existencia de los objetos de mis ideas claras y distintas; por consiguiente, del espacio, movimiento, número y sus modificaciones. De donde Descartes extrae una metafísica de las tres substancias: la substancia pensante (el alma); la substancia extensa (el cuerpo) y Dios, substancia infinita creadora. Esta triplicidad de la substancia domina absolutamente en la filosofía cuando llega Locke. El punto de partida de Locke es, pues, el punto de la filosofía cartesiana. Pero Locke se plantea desde luego, con una claridad absoluta, el problema metafísico como problema del conocimiento. Locke, con plena conciencia de la necesidad que radicalmente hay en el idealismo de poner en claro el problema del conocimiento, inicia su labor filosófica preguntándose: ¿cuál es la esencia, cuál es el origen, cuál es el alcance del conocimiento humano? Ahora bien: el conocimiento se constituye por medio de ideas. Toma Locke la palabra «idea» en un sentido que antes y después de él no ha tenido la filosofía; la toma como traducción en lengua moderna de la palabra latina «cogitatio» usada por Descartes. Para Descartes «cogitatio» es «pensée», pensamiento; y pensamiento es todo fenómeno psíquico en general. Una sensación es un «cogitatio»; una proposición lo es también; una afirmación o negación de la voluntad lo es también. En suma, cualquier vivencia psíquica es llamada por Descartes «cogitatio».