Por último, diré algunas palabras de la intuición fenomenológica de Husserl. La intuición fenomenológica de Husserl, para caracterizarla en términos muy generales, y por consiguiente muy vagos, habría que ponerla en relación con el pensamiento platónico. Husserl piensa, creo, que todas nuestras representaciones son representaciones que hay que miradas desde dos puntos de vista. Un punto de vista psicológico. Si las miramos desde el punto de vista psicológico, tienen una individualidad psicológica, como fenómenos psíquicos; pero estos fenómenos psíquicos, como todos los fenómenos psíquicos, contienen la referencia intencional a un objeto. Cada una de nuestras representaciones es, pues, primero una representación singular. Segundo, esa representación singular es el representante, el apoderado, diremos, de un objeto. Así, si yo quiero pensar el objeto Napoleón, no puedo pensarlo más que representándome a .Napoleón; pero la representación que yo tengo de Napoleón tendrá que ser singular: o bien me lo represento montado a caballo en el puente de Arcole, o bien me lo represento en la batalla de Austerlitz con la cabeza baja y la mano puesta en su redingote; o bien me lo represento desesperado, después de la derrota de Waterloo. Cada una de estas representaciones por sí misma es singular, pero las tres aunque sean totalmente distintas unas de otras, se refieren al mismo objeto, que es Napoleón. Pues bien: la intuición fenomenológica consiste en fijarse en la representación que sea, prescindiendo de su singularidad, prescindiendo de su carácter psicológico particular, poniendo entre paréntesis la existencia singular de la cosa; y entonces, apartando de sí esa existencia singular de la cosa, para no buscar en la representación más que lo que tiene de esencial, buscar la esencia general, universal, en la representación particular. Considerar, pues, cada representación particular como no particular, poniendo entre paréntesis, expulsando de nuestra contemplación lo que tiene de particular, para no fijarnos más que en lo que tiene de general; y una vez que hemos podido lanzar la mirada intuitiva sobre lo que cada representación particular tiene de general, entonces tenemos en esa representación, aunque particular, plásticamente realizada la esencia general. Tenemos la idea, como él dice, renovando la terminología de Platón. Como ustedes ven, se trata aquí, para Husserl, de una intuición del tipo que hemos llamado intelectual. Tendremos, pues, en líneas generales, aproximadamente lo siguiente: que Bergson nos representa la intuición mística emotiva; que Dilthey nos representa la intuición existencial volitiva, y que Husserl representa la intuición intelectual al modo de Platón o acaso también de Descartes. No en vano Husserl ha metido en su terminología muchos términos sacados del platonismo, tanto que en broma suelen decir los estudiosos de filosofía que a los fenomenólogos no se los entiende, porque hablan en griego. Yo he tenido que hacer algunos esfuerzos, que ustedes no han notado, para evitar pronunciar al hablar de Husserl, tres o cuatro palabras griegas en ristra.