La intuición en Dilthey

Pasemos ahora a intentar caracterizar en pocas palabras la intuición en Dilthey. La intuición de Dilthey se caracteriza brevemente con el adjetivo «volitivo». La intuición de Dilthey es la intuición volitiva a que hace unos instantes me he referido. Para Dilthey también, como para Bergson, el intelectualismo, el idealismo, el racionalismo, todos aquellos sistemas filosóficos para quienes la última y más profunda realidad es el intelecto, el pensamiento, la razón, todas esas filosofías, para Dilthey. son falsas, son insuficientes. Para Dilthey no es la razón, no es el intelecto el que nos descubre la realidad de las cosas. La realidad, o mejor dicho todavía, la «existencia» de las cosas, la existencia viva de las cosas, no puede ser demostrada por la razón, no puede ser descubierta por el entendimiento, por el intelecto. Tiene que ser intuida con una intuición de carácter volitivo, que consiste en percibirnos a nosotros mismos como agentes, como seres que antes de pensar quieren, apetecen, desean. Nosotros somos entes de voluntad, de apetitos, de deseos, antes que entes de pensamiento. Y en tanto en cuanto somos entes de la voluntad, queremos. Pero nuestro querer tropieza con dificultades. Esas dificultades con las cuales tropieza nuestro querer las convertimos en cosas. Esas dificultades son las que nos dan, inmediata e intuitivamente, noticia de la existencia de las cosas; y una vez que habiendo nuestra voluntad tropezado con resistencias ha llegado a luchar contra ellas, convierte esas resistencias en existencias. La existencia de las cosas nos es, pues, dada a la intuición volitiva como resistencia de ellas. Por eso el primer atisbo de filosofía existencial está en Dilthey. Hay un filósofo francés, no diré poco conocido pero sí menos conocido, Maine de Biran, que vivió a mediados del siglo XIX y que durante su vida y su actuación filosófica, pasó no diré desapercibido pero sí poco apercibido. Maine de Biran fue quizá el primero, o uno de los primeros (porque siempre es posible quizá rastrear antecedentes) que denuncia este origen volitivo de la existencialidad, que denuncia en nosotros una base para la afirmación de la existencia ajena, de la existencia de las cosas y de los otros hombres; una base en las resistencias que se oponen a nuestra voluntad; y estudia con detenimiento la aportación esencial que los sentimientos musculares dan en la psicología a la confección de la idea del yo y de las cosas. Dilthey considera como la intuición fundamental de la filosofía, esa intuición volitiva que nos revela las existencias. Por otra parte, esto lo lleva también a considerar que en la vida humana la dimensión del pasado es esencial para el presente. Del mismo modo que lo que rodea al hombre se le aparece primordialmente en la forma de obstáculos y resistencias a su acción, del mismo modo el presente tiene que aparecérsenos como el límite a que los esfuerzos procedentes del pasado llegan hoy. y así la dimensión de lo histórico y de lo pretérito hace entrada en el campo de la filosofía de un modo completamente distinto al que había tenido en la filosofía idealista alemana de principios del siglo XIX.