Una piel provoca el choque del universo
consigo mismo. Hasta donde da
el universo del deseo, más grande
que el universo. Pero yo,
viendo la piel que continúa
a mi hijo, todo lo que se diga, pienso,
es humo y no hay hoguera. Hay
lo que ardió en un instante, hay
agujeros con fierros que
tienen mirada de pájaro.