Borrado del mundo real, borracho
de este crepúsculo que canta
en otro lado y el ángelus cruza
a caballo de una campana.
El cielo muere con sangre y
no veo a nadie, nada, sino
el fuego que arde cuando hubo
una garza azul
erguida en tu mirada blanca.
Quemaba ayeres,
la basura que el tiempo deja.