Esta noche espero
la visita de siempre:
el color del vacío donde
se pierde el silbido
que llama al pasado y no viene.
¿Será así? ¿Todavía
tendrá calor el pasado? Hasta
los perros tienen dentro
y el sueño, no. Pasa
junto a las manos ofrecidas
y el gesto que las borra. Tanto
se sueña sin soñar.
La página que no escribiré
recuerda mi muerte.