Lo que pasó se muere en su muerte. Hay
un silencio de vecinos
alrededor. Pasan
dos cosas al mismo tiempo:
el entierro de lo que vendrá.
La mirada aleja a la mirada y
cansa lo que sucede como
si la ciudad nada lavara.
Me pregunto cuánto mata la comparación.
¿Qué lavará esta mañana
de joyas en la mujer que amo?
Salgo a la
niña que llora en su miedo.
La sombra no sabe qué hacer.
Si obedeciera a sus mendigos
no tendría sangre en la cara.
Ni vida de repente.