El cuadro que tocó tu mirada
parece insomne o cansado
y sus zapatos pisan
tu ausencia además. Tiene
el alma mal encendida
y alrededor de esa poca luz
hay ventanas eternas
a las que estás asomada. Imita
la mirada que le dejaste y no
sabemos qué late
bajo su sensación. Se oye
el vuelo de tu vestido
que devuelve la harina caliente
del color que soñaba van Gogh.
[a Luciano Spano]