El sol camina opaco
hacia su enfermedad. Hay
alegrías bajo el cielo gris
y la noche parece de sol.
La astronomía interior
tiene astros de sal.
Si me arrancaran el ayer
lo encontrarían lleno de hoy
sentado en la estación de un tren que no pasa.
La mañana libera disfraces
que alguno le prestó.
¿Dónde está el niño que sale
de su niñez todos los días? ¿Eso
se llama desesperación? El rostro
exterior pone un dedo sobre el fuego
que dilata lo que ser podría.
La angustia rotatoria
calcina la almohada
de no dormir. Es cierto
que esta noche probé no ser yo,
sino un entendimiento sin forma que
llora con dientes de leche.