RUBENDARIANA

El sol camina opaco

hacia su enfermedad. Hay

alegrías bajo el cielo gris

y la noche parece de sol.

La astronomía interior

tiene astros de sal.

Si me arrancaran el ayer

lo encontrarían lleno de hoy

sentado en la estación de un tren que no pasa.

La mañana libera disfraces

que alguno le prestó.

¿Dónde está el niño que sale

de su niñez todos los días? ¿Eso

se llama desesperación? El rostro

exterior pone un dedo sobre el fuego

que dilata lo que ser podría.

La angustia rotatoria

calcina la almohada

de no dormir. Es cierto

que esta noche probé no ser yo,

sino un entendimiento sin forma que

llora con dientes de leche.