El gesto de la niña es
una maravilla incómoda
que inquieta sillas donde el alma
se sienta de puro cansancio.
El gesto cubre puntos vulnerables
con una rama que agita el cielo y
canto como un animal en vez
de arrodillarme. Una
marea desconocida me lleva
a deseos del pasado, vivos.
La maravilla pesa
absurdamente.
[a Andreíta]