SÓLO ESO

Media palabra basta

para cruzar la puerta de tabaco. Estás

sentadita sobre un deseo que

cierra los ojos para que no lo lastimen.

Como si al abrir la ventana

entrara lo que desanda el laberinto.

Tanta cosa perdida sin prestarle atención.

¿Será posible eso?

¿Seré yo para mí?

No sé dónde escribieron

que te iba a ver sentadita

en mi imposibilidad. No puedo

poner la cabeza en sueños

que te abriguen.

[a Andreíta]