EL SALTO

Tu ausencia es lo que no será

y así es futuro.

Estás caliente en una punta del sol.

Me visitas en lo que no se sabe.

¿Qué haces de tus huesitos que parlan? Este poema

trata de mi vecina atada al plumero

con que limpia una fijación.

Su vestido roza

el primer diente que espera

los ratones del sueño.

Le regalaron un número que

repite cuando hay viento en contra

y ella se cuelga de las ramas

espiando el salto

de su ternura a la piedra.